¡Bien! ¡ya están aquí! Llevo media hora esperando a la puerta del cine. He quedado con Raúl y con Dani para ver Amanecer. Lo que pasa es que yo creía que era a las 8 y es a las 8 y media... en fin, mi cabeza y yo...
-¡Dani!-grito porque no me ven. Sus cabezas tampoco están bien.
-¡Annita!-le dice Dani a Raúl mientras me apunta con el dedo.
Llegan corriendo hasta donde estoy. Le doy dos besos a cada uno y entramos al cine. Compramos las entradas. A los 5 minutos abren las puertas y pasamos a la sala. Como siempre que vamos al cine Raúl elige fila. A él le va lo de ponerse delante. Me siento en el medio, entre los dos, Dani está a mi izquierda y Raúl a mi derecha. Hasta que apagan las luces jugamos con las palomitas. Intentan metérmelas a la boca pero todas van a parar a mi pelo. Apagan las luces. Los tres nos sentamos correctamente. Después de 6 o 7 largos minutos de anuncios comienza la película. Yo, como siempre me pongo tensa. No puedo ver una película así relajada. Dani y Raúl se pasan la película haciendo bromas con lo que pasa. Cambiando letras de canciones y esas cosas... la verdad es que yo no me entero de nada, estoy demasiado metida en la película.
Allá por la mitad, Raúl tiene que salir al baño. Casi ni me inmuto, no quiero perderme detalle pero cuando Dani me mira no puedo evitar mirle. Me sonríe y me coge de la mano.
-Las tienes heladas.-me susurra.
-¿Lo ves como una novedad?-le hablo en el mismo tono.
Él se ríe y empieza a hacerme pequeñas caricias. Sin darme cuenta pierdo el hilo de la película, estoy demasiado concentrada en sus movimientos. Unos escalofríos recorren mi cuerpo cada vez que él mueve su pulgar, cada vez que él entrelaza sus dedos con los míos. Me apoyo en su hombro, Dani me da un tierno beso en la cabeza. Tengo la lagrimilla en el ojo a punto de salir y un gran nudo en la garganta que no me deja articular palabra. Trago saliva de vez en cuando para ver si éste desaparece pero todo en conjunto es demasiado.
Raúl vuelve a su sitio. Noto como aparta su mano para dejarle de pasar así que yo vuelvo a la película. Me hace un pequeño toquecito en el hombro. Hace que vea su mano y me pone cara de cachorrillo. Le sonrío una vez más y le doy la mano. Él continúa sus caricias hasta que termina la película.
Salimos del cine. Hace mucho frío, no paro de tiritar. Me da un abrazo por la espalda y me da algo de calor. También me da un besito en la mejilla. Raúl nos mira y Dani para romper ese momento incómodo...
-¿Estás celoso? ¡Tranquilo, que ahora voy a por ti!
Le da un abrazo. Hacía tiempo que no me reía como lo estoy haciendo... qué grandes.
-¿Vamos a cenar?-propongo.
-Sí, por qué no. ¿Dónde queréis ir?-dice Raúl.
-No, no, pregúntale a ella que es la exigente.
-¿Exigente? Eso me ha llegado eh.-los dos se ríen.-¿Italiano?
-Por mí perfecto.
-¡Qué pelota!-exclama Raúl.
-¡Eso me ha llegado!-me imita, creo que no tenía otra salida.
-Ala, qué fuerte...qué poca originalidad...
Y así vamos todo el camino hasta llegar al restaurante. Pedimos una mesa para tres. Nos sientan al lado de una gran ventana. Una rica pizza para los tres. Pasamos la cena como hemos pasado el resto del día. Entre risas y bobadas hasta que Raúl recibe una llamada. Dice que se tiene que ir corriendo así que pagamos y nos vamos. Él ya se ha ido.
-Anna, ¿te llevo?
-Me harías un gran favor...
Me lleva hasta el coche que está a unos 15 minutos del restaurante. A diferencia de otros días no pone música. Empezamos a hablar. Que qué nos ha parecido la película, que qué frío hace y todos esos temas que se hablan cuando no se sabe de que hablar. Que son los mismo que se hablan cuando hay demasiado de qué hablar y se escapa de hablarlo.
Llegamos a mi casa. El cielo está totalmente cubierto de nubes, no se deja ver la luna. Me voy a bajar pero al darle dos besos me agarra el brazo para que no lo haga.
-¿Qué pasa?
-Tengo que hablar contigo.
-Dime.
-Esta bien...-respira.-¿Te acuerdas de ese viaje que me dijiste que hiciera con Cristina?
-Sí.
-Hice reserva en el hotel, cogí los billetes de tren... todo. Pero no tengo con quién ir. ¿Quieres ir conmigo a Gijón a pasar el fin de semana?
Le sale una pequeña sonrisa, pero está tenso, se le nota.
-¿A qué hora salimos?-se me dibuja una sonrisa de oreja a oreja.
Él también sonríe.
-Pues a las 5 y media. Si quieres puedes venirte a comer a mi casa y así no nos liamos tanto...
-¿A las 2 y media en tu casa?
-Perfecto.
Le vuelvo a dar un beso y salgo del coche. Me despido con la mano, él imita mi gesto.
Llego a casa, me quito los tacones y me pongo el pijama. Ahora sí soy feliz del todo. En fin, en realidad no sé por qué cuando me ha propuesto esto me he puesto tan feliz. Creo que era una propuesta inesperada muy esperada...
CONTINUARÁ...
lunes, 10 de diciembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
Capítulo 9: Sin ti nada.
Miércoles. Son las 6 y media de la tarde y después de una mañana llena de problemas en el programa llega la hora de volver a casa. Tengo exactamente 3 horas para vestirme, maquillarme y demás para ir a cenar a casa de Romi. ¿Nervios? alguno que otro. Estarán amigos suyos y no sé si encajare mucho con la cena. ¿Ganas? bastantes, hace mucho que no la veo.
Me doy un baño con agua caliente para relajarme de este día tan ajetreado. Me pongo la ropa de andar por casa para estar más a gusto. Veo un rato la tele. Cómo Conocí A Vuestra Madre y Dos Hombres Y Medio.
Llegan las 8. Empiezo a prepararme. Un vestido negro de vestir con unas medias del mismo color y unas botas algo informales. Me maquillo, no demasiado. Pintalabios rojo, sombra de ojos y poco más. Me quito mi coleta y me peino un poco. En el programa he tenido el pelo liso así que lo mantengo.
Salgo de casa. Voy andando para dar una paseo.
Es ya bastante de noche y hace mucho frío así que cojo el camino más corto. Camino durante unos minutos. Casi he llegado ya. Subo unas escaleras que hay a unos metros de su casa pero cuando ya estoy arriba del todo me doy cuenta de que he visto a una cara conocida. Retrocedo un poco hasta llegar al primer escalón donde veo a un chico sentado con los codos apoyados en las rodillas frotándose los ojos.
-Perdona, ¿te conozco?
Parece sonarle mi voz. Levanta la cabeza y mira hacia arriba para reconocerme la cara.
Parece sonarle mi voz. Levanta la cabeza y mira hacia arriba para reconocerme la cara.
-¡Anna!
Se levanta, aparta la mirada unos segundo mientras se seca las pocas lágrimas que caen de sus ojos.
-¿Qué pasó, Dani?
-He salido un rato para que me diera el aire, ¿y tú?
-He salido un rato para que me diera el aire, ¿y tú?
-No te creo.
-He discutido con Cris y hemos roto, esta vez para siempre.
Le paso la mano por el hombro y hago que nos sentemos.
-Un momento, voy a hacer una llamada y enseguida vengo.
Me aparto unos metros mientras llamo a Romi para decirle que no estaré en la cena. Me invento una pequeña excusa, es mejor no decir nada. Vuelvo a ese primer escalón.
-¿Y cómo te has venido hasta aquí?
-Necesitaba que me diera un poco el aire para poder pensar bien y este es un lugar alejado y oscuro, donde no hay rastro ni de ella ni de nadie. ¿Y tú?
-Iba a una cena pero no pasa nada, me quedo contigo, si quieres vamos.
-Iba a una cena pero no pasa nada, me quedo contigo, si quieres vamos.
Acepta con la cabeza. Continúa contándome lo que les ha pasado.
-...Y lo peor es que yo pensaba que ella era la definitiva pero parece ser que no. Pensaba que pasaría mi vida con ella, pero ella no pensaba los mismo. Y ahora estoy solo.
-Daniel, las tres fases. La primera, sentirse solo, pásala porque eso no es así. Hay miles de personas que están contigo además de tu familia y de nosotros, tus amigos. La segunda, contárselo a alguien. Sabes que estoy aquí para todo, ahora mismo estamos hablando pero si necesitas hablar más ya sabes. Y la tercera, la tercera es la de salir y olvidarse de todo. Esa es la mejor.
Consigo sacarle una pequeña sonrisa.
-Te quedas con todo, hija. No, pero yo hoy no estoy como para hacer nada, ni mañana, ni pasado...
-¿Y te crees que yo cuando lo dejé con Miki sí? Pues no, pero tú me obligaste y crees que no, pero me ayudaste mucho.
-Vale, saldremos, pero hoy no. Hoy no tengo fuerzas para nada.
Ponemos camino sin rumbo. Llegamos al centro de Madrid casi sin darnos cuenta. Hay muchísima gente y él no tiene muchas ganas de estar con nadie. Vamos a su casa. Me quito el abrigo, él se tira en el sofá.
-¿Quieres hacer una cosa con la que puede que lo pases muy mal ahora pero con la que mañana te sentirás muy bien?
-Visto así muy bien no suena.
-¿Quieres o no?
-Sorpréndeme.
-Meter en una caja todo lo que tienes con ella que no quieras tener. Yo lo tuve que hacer sola y lo pasé muy mal.
-¿Ahora?
-Sí.
-Sí.
Coge una caja que guarda en la terraza.
-¿Por dónde empezamos?
-Por donde tú quieras.
-Habitación.
Subimos a la habitación. Empieza a coger fotos y algunos objetos que guardaba de viajes.
Nos recorremos la casa entera así. Tiene muchas cosas, se nota que estaba perdidito por ella y por lo que tenían.
Nos tiramos al sofá cansados.
-¿Y ahora qué hago con esto?
-Lo que tú quieras. ¿Qué quieres hacer con tu relación con Cris?
-Olvidarla.
-Olvidarla.
-Pues entonces-cojo la cinta de celofán y empiezo a cerrar las cajas.-se meten en un lugar donde guardes las cosas que no usas para nada pero que de vez en cuando puedes ponerte a mirar.
Las guardamos en un pequeño rincón del sótano.
-¿Y habéis quedado muy mal?
-Sí. Nos hemos dicho de todo. En fin...-mira el reloj de la pared de su salón.-Es tarde, deberías irte o si no mañana no serás persona.
-Tienes razón.
Le doy un abrazo. Esconde la cabeza en mi cuello. Después de unos minutos se separa.
-Por cierto, ha sido una pena que te hayas quedado conmigo esta noche en vez de haber ido a la cena, estabas muy guapa.
-Que tontito eres.-Le hago una pequeña caricia en la mejilla derecha.
-Muchas gracias por todo Annita. No sé qué haría yo sin ti...
-Nada. ¿Qué vas a hacer tú sin mí? ¡nada!
-Poco modesta nos salió la chica...
-Me dirás que es mentira.
-No, no es mentira. Sin ti nada.
Esa sonrisa, y su mirada fijada solamente en mis ojos. Me siento incómoda, no estoy acostumbrada a que alguien me diga cosas así. Aparto la mirada con una sonrisa en la boca que no puedo evitar tener. Un silencio incómodo de estos de película que es irrompible. Al final me decido. Es hora de despedirse aunque en cierto modo no tengo ganas de irme a casa. Otra sensación extraña. ¿Qué me pasa?
-Me voy ya a casa, ¿vale? Pasa buena noche y no te rayes mucho. Mañana hablamos.-sin dejar de sonreír voy abriendo la puerta.
-Espera un momento Anna.
-¿Qué pasa?-cierro la puerta.
-Nada, nada. Que pases buena noche.
Hace una sonrisa de esas que haces cuando ibas a decir una cosa y al final no la dices porque no sabes si harás mal o bien.
Salgo de su casa nerviosa. ¿Por qué esto tan de repente? Esas frases que no dicen lo que él quiere y esas frases en plan "sin ti nada." No paro de darle vueltas. La cosa es que a mí eso me encanta, me enamora.
CONTINUARÁ...
-Muchas gracias por todo Annita. No sé qué haría yo sin ti...
-Nada. ¿Qué vas a hacer tú sin mí? ¡nada!
-Poco modesta nos salió la chica...
-Me dirás que es mentira.
-No, no es mentira. Sin ti nada.
Esa sonrisa, y su mirada fijada solamente en mis ojos. Me siento incómoda, no estoy acostumbrada a que alguien me diga cosas así. Aparto la mirada con una sonrisa en la boca que no puedo evitar tener. Un silencio incómodo de estos de película que es irrompible. Al final me decido. Es hora de despedirse aunque en cierto modo no tengo ganas de irme a casa. Otra sensación extraña. ¿Qué me pasa?
-Me voy ya a casa, ¿vale? Pasa buena noche y no te rayes mucho. Mañana hablamos.-sin dejar de sonreír voy abriendo la puerta.
-Espera un momento Anna.
-¿Qué pasa?-cierro la puerta.
-Nada, nada. Que pases buena noche.
Hace una sonrisa de esas que haces cuando ibas a decir una cosa y al final no la dices porque no sabes si harás mal o bien.
Salgo de su casa nerviosa. ¿Por qué esto tan de repente? Esas frases que no dicen lo que él quiere y esas frases en plan "sin ti nada." No paro de darle vueltas. La cosa es que a mí eso me encanta, me enamora.
CONTINUARÁ...
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Capítulo 8: Sonrisas contagiosas.
"¡Annusca!" Escucho mientras hablo con Flo. En cuanto veo de quien viene me disculpo y salgo corriendo a hablar con él.
-¡Buenos días!-dice con una amplia sonrisa.
-¿Buenos? días.
-¿Qué pasó?
-Tengo agujetas hasta en el culo, machote.
-No creo...
-Es raro que no te lo creas después de provocar mis caídas una vez sí y otra también...
-¿Yo? ¡Mentirosa! Eso es que eres una patosilla.
Le miro con una mirada fulminante y al finalizar me río junto a él. Pasamos a su camerino y seguimos hablando.
-¿Tienes algo que hacer esta tarde?
-Tendré que mirar la agenda...-digo haciéndome la interesante. Me río y continúo hablando.-No, en serio, no hago nada.
-¿Quieres volver?
-¡Mira un gato!
Salgo corriendo de allí. Él va detrás de mí. Nos recorremos los pasillos corriendo hasta que llega un punto en el que yo no puedo más. Me pilla y me abraza por atrás. Intento soltarme pero él no me deja.
-Bien, ¿no?
-Te lo has ganado...
-Déjame salir.
-No, que te escapas.
-Que no me escapo...-pongo cara de cachorrito.
-Así no se me gana, Simon.
-Pero si yo ya et tengo ganada desde hace mucho, Matínez.
Se queda algo pensativo hasta que al fin responde.
-Verdad.
Me sonríe y yo le respondo con una sonrisa más grande si cabe. Por fin me suelta.
-¿Qué me dices?-insiste
-¿Qué te voy a decir? pues que sí, que claro que sí. Eso si, las caídas "sin darte cuenta" te las ahorras.
-Eso es más imposible.
Abro los ojos como platos. Le voy a dar una pequeña colleja pero antes de que me de tiempo sale corriendo. Salgo detrás suyo. Me paro a los pocos segundo. Él se pone en frente a unos 3 metros y abre los brazos para que salte. Me tiro encima. Cuando al cabo de uno o dos minutos nos soltamos nos empezamos a reír. En realidad empieza él. Dice que estoy roja y se ríe de mí porque casi no puedo respirar.
6 de la tarde. Me pongo mis botines negros y me abrigo bien abrigada. Este frío es insoportable. A las 6 y
10 llaman al timbre. Es él. Vamos a la pista de patinaje.
-...Al menos patinamos algo mejor...-digo yo en una pequeña parada de descanso.
-¿Tú crees?
-No.-Se empieza a reír y yo hago lo mismo.-¡Es que es verdad!
Después de 1 hora y media salimos de allí. Otra vez se me ha quedado el culo empapado así que vamos a mi casa a cenar algo.
-...Habrá que ir algún día más para conseguir no caernos unas 100 veces de media por segundo, ¿no?
-Si no se me queda el culo como se me ha quedado hoy sí...-le sonrío y él me responde con el mismo gesto.-¿Por qué siempre que me río te ríes tú también?
-Será porque tienes una sonrisa muy contagiosa.
Me río y él hace lo mismo, al final va a resultar verdad esto.
CONTINUARÁ...
-¡Buenos días!-dice con una amplia sonrisa.
-¿Buenos? días.
-¿Qué pasó?
-Tengo agujetas hasta en el culo, machote.
-No creo...
-Es raro que no te lo creas después de provocar mis caídas una vez sí y otra también...
-¿Yo? ¡Mentirosa! Eso es que eres una patosilla.
Le miro con una mirada fulminante y al finalizar me río junto a él. Pasamos a su camerino y seguimos hablando.
-¿Tienes algo que hacer esta tarde?
-Tendré que mirar la agenda...-digo haciéndome la interesante. Me río y continúo hablando.-No, en serio, no hago nada.
-¿Quieres volver?
-¡Mira un gato!
Salgo corriendo de allí. Él va detrás de mí. Nos recorremos los pasillos corriendo hasta que llega un punto en el que yo no puedo más. Me pilla y me abraza por atrás. Intento soltarme pero él no me deja.
-Bien, ¿no?
-Te lo has ganado...
-Déjame salir.
-No, que te escapas.
-Que no me escapo...-pongo cara de cachorrito.
-Así no se me gana, Simon.
-Pero si yo ya et tengo ganada desde hace mucho, Matínez.
Se queda algo pensativo hasta que al fin responde.
-Verdad.
Me sonríe y yo le respondo con una sonrisa más grande si cabe. Por fin me suelta.
-¿Qué me dices?-insiste
-¿Qué te voy a decir? pues que sí, que claro que sí. Eso si, las caídas "sin darte cuenta" te las ahorras.
-Eso es más imposible.
Abro los ojos como platos. Le voy a dar una pequeña colleja pero antes de que me de tiempo sale corriendo. Salgo detrás suyo. Me paro a los pocos segundo. Él se pone en frente a unos 3 metros y abre los brazos para que salte. Me tiro encima. Cuando al cabo de uno o dos minutos nos soltamos nos empezamos a reír. En realidad empieza él. Dice que estoy roja y se ríe de mí porque casi no puedo respirar.
6 de la tarde. Me pongo mis botines negros y me abrigo bien abrigada. Este frío es insoportable. A las 6 y
10 llaman al timbre. Es él. Vamos a la pista de patinaje.
-...Al menos patinamos algo mejor...-digo yo en una pequeña parada de descanso.
-¿Tú crees?
-No.-Se empieza a reír y yo hago lo mismo.-¡Es que es verdad!
Después de 1 hora y media salimos de allí. Otra vez se me ha quedado el culo empapado así que vamos a mi casa a cenar algo.
-...Habrá que ir algún día más para conseguir no caernos unas 100 veces de media por segundo, ¿no?
-Si no se me queda el culo como se me ha quedado hoy sí...-le sonrío y él me responde con el mismo gesto.-¿Por qué siempre que me río te ríes tú también?
-Será porque tienes una sonrisa muy contagiosa.
Me río y él hace lo mismo, al final va a resultar verdad esto.
CONTINUARÁ...
domingo, 4 de noviembre de 2012
Capítulo 7: Rarezas bonitas.
Bajo las escaleras tranquilamente. Cuando salgo a la calle le veo a él y a su gorro de lana negro, su perfecto gorro de lana negro. ¡ Y cómo le queda! Está apoyado contra la pared esperándome al final de la calle. Corro hacia él. Nos damos un abrazo y él me da un beso en la mejilla.
-Buenas noches, señorita Simon.
-Buenas noches, señorito Martínez.
Ponemos camino a la pista de patinaje mientras hablamos de bobadas. Echaba de menos estos momentos con él, lo que me estoy riendo...
Por fin llegamos allí. Nos ponemos nuestros patines y pa' dentro.
-Esto está lleno de críos.
-Anna, pero si solo les ganamos en estatura...
No puedo evitar reírme ante tal bobada, la cosa es que es verdad.
-¿Y ahora?-pregunto yo.
-Ahora es cuando nos caemos más que patinamos.-ríe.
Nos agarramos a las vallas. Él va detrás mío.
-¿Nos soltamos?-me propone él.
-¡No!
-¿Por qué no?
-Porque de la caída que nos vamos a meter mañana no vamos a trabajar.
-Qué tonta. En esta vida hay que atreverse con todo, mujer. Vamos, conmigo.
Me suelto. Nos cogemos de las manos y... ¡a la aventura!
-Con tranquilidad, Martínez.
-Eres una miedica, Annita.
-Ya ves.
-Bueno, pues nada, adiós ¿eh?-se aleja de mí riendo.
Me ha dejado en la mitad de la pista sola. ¿Qué hago yo ahora?
-¡Dani!
-¿Qué?
-Ven aquí ahora mismo. ¡Ya!
-No, no, no.
-Sí, sí, sí.
-Vale, venga.
Viene hacia mí corriendo con mucha fuerza. No le da tiempo a frenar y nos caemos los dos él encima de mí.
Nos empezamos a reír inconscientemente pero pronto se hace un gran silencio bastante incómodo, de estos como cuando te das cuenta de que unos de tus mejores amigos está encima tuyo en la postura que está, por parte de los dos. Sigue tirado pero esta vez a mi lado. Toda la gente se ha ido, solo quedamos nosotros dos y el resto de la gente que anda por la calle, pero que es como si no estuviera porque en estos momentos ninguno de los dos nos centramos en eso.
-Dani, podías haber frenado un poquito.
No obtengo respuesta. Él tiene la mirada fijada en mis ojos y parece desconcertado, como si estuviera pensando en algo.
-¡Dani! que te has quedado embobado.-digo yo un poco más sonriente intentando romper este momento tan incómodo.
-Dime.
-Que habrá que levantarse, digo yo, vamos.-sigo sin perder la sonrisa de mi boca.
-Sí, sí.
Nos levantamos como podemos, ninguno de los dos tenemos muchas luces. Él sale corriendo hacia la salida y yo voy detrás. Salimos del recinto.
-¿Qué ha pasado, Dani?
-Nada, que me he dado cuenta de una...nada.-se corta a sí mismo.
-¿De una... cosa?
-Sí.
-¿De qué?
-¡De una bobada, tonta! No es nada.
-Quién lo diría... te has quedado blanco.
-Que no es nada. ¿Nos vamos ya a casa?
-Sí, por favor, estoy cansada.
-¡Abuela!
-¡¿Queeeeeeeé?!
Los dos nos reímos. Y así entre bobada y bobada llegamos a mi casa.
-Cosa bonita, te dej
-¿Cosa bonita?-le interrumpo.
-¿Qué pasa?
-Eso saliendo de la boca de Daniel Martinez Villadangos... es raro.
-Si quieres te miento y te llamo gilipollas.-parece ser que me pongo roja.-Tonta...-me dice con un aire cariñoso.-que digo que te dejo ya aquí.
-Vale.-le sonrío y me doy media vuelta para entrar al portal.
-Eh, señorita, ¿no le va a dar usted un abrazo de despedida a su amigo?
-No.
-Eres maaaala.
-Eso por tirarme.
-En realidad solo me caí al solo encima de ti...-me pone un cara irresistible mientras juega con la cremallera de su chaqueta.
-Mmmmmmmmm... eres malvado.
-Soy un chico bueno...
-¿Lo eres?
-Lo soy.
Me acerco a él le doy un abrazo y un beso. Intento soltarme pero no me deja.
-Tú, que ya.-río.
-No...
-Sí.
-No...
-Anda, buenas noches.
Me meto en el portal. Mientras subo los primeros escalones mi cuello girado observa como detrás de la puerta todavía sigue él riendo. Ha sido una tarde llena de rarezas, pero rarezas bonitas.
CONTINUARÁ...
-Buenas noches, señorita Simon.
-Buenas noches, señorito Martínez.
Ponemos camino a la pista de patinaje mientras hablamos de bobadas. Echaba de menos estos momentos con él, lo que me estoy riendo...
Por fin llegamos allí. Nos ponemos nuestros patines y pa' dentro.
-Esto está lleno de críos.
-Anna, pero si solo les ganamos en estatura...
No puedo evitar reírme ante tal bobada, la cosa es que es verdad.
-¿Y ahora?-pregunto yo.
-Ahora es cuando nos caemos más que patinamos.-ríe.
Nos agarramos a las vallas. Él va detrás mío.
-¿Nos soltamos?-me propone él.
-¡No!
-¿Por qué no?
-Porque de la caída que nos vamos a meter mañana no vamos a trabajar.
-Qué tonta. En esta vida hay que atreverse con todo, mujer. Vamos, conmigo.
Me suelto. Nos cogemos de las manos y... ¡a la aventura!
-Con tranquilidad, Martínez.
-Eres una miedica, Annita.
-Ya ves.
-Bueno, pues nada, adiós ¿eh?-se aleja de mí riendo.
Me ha dejado en la mitad de la pista sola. ¿Qué hago yo ahora?
-¡Dani!
-¿Qué?
-Ven aquí ahora mismo. ¡Ya!
-No, no, no.
-Sí, sí, sí.
-Vale, venga.
Viene hacia mí corriendo con mucha fuerza. No le da tiempo a frenar y nos caemos los dos él encima de mí.
Nos empezamos a reír inconscientemente pero pronto se hace un gran silencio bastante incómodo, de estos como cuando te das cuenta de que unos de tus mejores amigos está encima tuyo en la postura que está, por parte de los dos. Sigue tirado pero esta vez a mi lado. Toda la gente se ha ido, solo quedamos nosotros dos y el resto de la gente que anda por la calle, pero que es como si no estuviera porque en estos momentos ninguno de los dos nos centramos en eso.
-Dani, podías haber frenado un poquito.
No obtengo respuesta. Él tiene la mirada fijada en mis ojos y parece desconcertado, como si estuviera pensando en algo.
-¡Dani! que te has quedado embobado.-digo yo un poco más sonriente intentando romper este momento tan incómodo.
-Dime.
-Que habrá que levantarse, digo yo, vamos.-sigo sin perder la sonrisa de mi boca.
-Sí, sí.
Nos levantamos como podemos, ninguno de los dos tenemos muchas luces. Él sale corriendo hacia la salida y yo voy detrás. Salimos del recinto.
-¿Qué ha pasado, Dani?
-Nada, que me he dado cuenta de una...nada.-se corta a sí mismo.
-¿De una... cosa?
-Sí.
-¿De qué?
-¡De una bobada, tonta! No es nada.
-Quién lo diría... te has quedado blanco.
-Que no es nada. ¿Nos vamos ya a casa?
-Sí, por favor, estoy cansada.
-¡Abuela!
-¡¿Queeeeeeeé?!
Los dos nos reímos. Y así entre bobada y bobada llegamos a mi casa.
-Cosa bonita, te dej
-¿Cosa bonita?-le interrumpo.
-¿Qué pasa?
-Eso saliendo de la boca de Daniel Martinez Villadangos... es raro.
-Si quieres te miento y te llamo gilipollas.-parece ser que me pongo roja.-Tonta...-me dice con un aire cariñoso.-que digo que te dejo ya aquí.
-Vale.-le sonrío y me doy media vuelta para entrar al portal.
-Eh, señorita, ¿no le va a dar usted un abrazo de despedida a su amigo?
-No.
-Eres maaaala.
-Eso por tirarme.
-En realidad solo me caí al solo encima de ti...-me pone un cara irresistible mientras juega con la cremallera de su chaqueta.
-Mmmmmmmmm... eres malvado.
-Soy un chico bueno...
-¿Lo eres?
-Lo soy.
Me acerco a él le doy un abrazo y un beso. Intento soltarme pero no me deja.
-Tú, que ya.-río.
-No...
-Sí.
-No...
-Anda, buenas noches.
Me meto en el portal. Mientras subo los primeros escalones mi cuello girado observa como detrás de la puerta todavía sigue él riendo. Ha sido una tarde llena de rarezas, pero rarezas bonitas.
CONTINUARÁ...
martes, 23 de octubre de 2012
Capítulo 6: Algo para recompensarte.
-Coménteme usted, pues.
-¿El miércoles haces algo?
-No, creo que no. No tengo planes, ¿por?
-Pues ya tienes.
-¿Por arte de magia, no?-río.
-Sí. Te vienes a mi casa a cenar.
-Vale, vale, allí estaré.-sigo riendo. Me hace gracia su tono de voz...
-Que me tienes que contar muchas cosas, Annita.
-Muchas, muchas.
-Te dejo, que tengo que hacer cosas.
-Venga, guapa, hasta luego.-le digo con un tono simpático.
Por fin llego a casa. Me doy una ducha de agua caliente. Cómo la necesitaba, en la calle no puede hacer más frío. Me pongo el pijama y empiezo a hacer la cena. Sí, la cena. Es muy tarde porque Dani me entretuvo en su camerino hablando de sus movidas:
-...Y me ha dicho que sí, que se viene. Creo que vamos a ir Portugal o a algún sitio de estos donde no nos puedan conocer para estar tranquilos.
-Eso está bien.
-Me dijo que había estado hablando contigo.
-Sí, me llamo para pedirme consejo.
-¿Y qué te dijo?
-Me dijo que no sabía si ir porque estabais mal.
-¿Y tú, qué le dijiste?
-Que fuera y así podíais ver como está la cosa sin que haya personas que os presionen.
(...)
Y después de hablar con él, Flo también me entretuvo un buen rato:
-...¿Sabes lo que le pasa a estos dos?
-¿A qué dos?
-A Dani y a Cris.
-Pasarán una mala racha...-digo como si no supiera nada.
(...)
Y así un buen rato... Odio estar de intermediaria o algo así. Sé que tengo que ayudarles, o a lo mejor no, pero lo quiero hacer, pero de eso a esto... En fin, ya ha terminado el día. Será mejor que me vaya a la cama y descanse un poco, aguantar estas semanas siguientes no va a ser fácil.
Suena el despertador. ¿En serio? ¡Es sábado! Me lo he vuelto a dejar encendido, esto no puede estar pasando. Me levanto ya que sé que no me voy a conseguir dormir. Hoy no haré nada. Me quedo todo el día en casa limpiando y por la noche veo una peli.
El domingo tampoco hago nada en especial. ¡Los domingos son para eso! el Lunes ya volveré a tener trabajo y problemas...
Llega el lunes, llego a plató y Dani me vuelve a llamar a a su camerino para hablar del mismo tema.
-...Dani, yo quiero ayudarte pero...
-¿Pero?
-Es que me tenéis como de intermediaria, estoy un poquitín harta...
-Lo siento...-agacha la cabeza.
-No pasa nada. Lo que más me jode es que os escondéis detrás mío. ¿Por qué no habláis vosotros dos como pareja que sois?
-Ninguno de los dos somos mucho de hablar...-ríe como si no pasar nada.-pero que, que si estás mal que lo siento en serio. ¿Qué puedo hacer para recompensarte?
-¡Nada! ¿Estás tonto? No tienes que hacer nada.
-Ya pensaré algo...
-Dani, no.
-Sep.
-Lo que tú digas...
Termina el programa. Y mientras recojo mis cosas recibo su whatsapp.
-Abre la puerta de tu camerino y mira a la izquierda"
Y así hago. Le contesto.
-¿Y ahora? ¿seguimos hablando así?
-Sí. Ya sabes que no soy mucho de hablar estas cosas en persona.
-Dime.
-Sabes que estamos a principios de Diciembre... y que han abierto la pista de patinaje...
-Dani, ¡que yo no sé patinar!-esto ya se lo digo en persona.
-No, si yo tampoco...
-¿Entonces?
-Será divertido.
-¿Y las morradas que nos vamos a meter?
-¿Qué? ¡Eso es lo divertido!
Yo no me convenzo mucho...
-¿Entonces qué? ¿te vienes?
-No est.
-Sí, te vienes.-me interrumpe.
-Venga, a las 7 en mi casa.
-Allí estaré.
CONTINUARÁ...
-¿El miércoles haces algo?
-No, creo que no. No tengo planes, ¿por?
-Pues ya tienes.
-¿Por arte de magia, no?-río.
-Sí. Te vienes a mi casa a cenar.
-Vale, vale, allí estaré.-sigo riendo. Me hace gracia su tono de voz...
-Que me tienes que contar muchas cosas, Annita.
-Muchas, muchas.
-Te dejo, que tengo que hacer cosas.
-Venga, guapa, hasta luego.-le digo con un tono simpático.
Por fin llego a casa. Me doy una ducha de agua caliente. Cómo la necesitaba, en la calle no puede hacer más frío. Me pongo el pijama y empiezo a hacer la cena. Sí, la cena. Es muy tarde porque Dani me entretuvo en su camerino hablando de sus movidas:
-...Y me ha dicho que sí, que se viene. Creo que vamos a ir Portugal o a algún sitio de estos donde no nos puedan conocer para estar tranquilos.
-Eso está bien.
-Me dijo que había estado hablando contigo.
-Sí, me llamo para pedirme consejo.
-¿Y qué te dijo?
-Me dijo que no sabía si ir porque estabais mal.
-¿Y tú, qué le dijiste?
-Que fuera y así podíais ver como está la cosa sin que haya personas que os presionen.
(...)
Y después de hablar con él, Flo también me entretuvo un buen rato:
-...¿Sabes lo que le pasa a estos dos?
-¿A qué dos?
-A Dani y a Cris.
-Pasarán una mala racha...-digo como si no supiera nada.
(...)
Y así un buen rato... Odio estar de intermediaria o algo así. Sé que tengo que ayudarles, o a lo mejor no, pero lo quiero hacer, pero de eso a esto... En fin, ya ha terminado el día. Será mejor que me vaya a la cama y descanse un poco, aguantar estas semanas siguientes no va a ser fácil.
Suena el despertador. ¿En serio? ¡Es sábado! Me lo he vuelto a dejar encendido, esto no puede estar pasando. Me levanto ya que sé que no me voy a conseguir dormir. Hoy no haré nada. Me quedo todo el día en casa limpiando y por la noche veo una peli.
El domingo tampoco hago nada en especial. ¡Los domingos son para eso! el Lunes ya volveré a tener trabajo y problemas...
Llega el lunes, llego a plató y Dani me vuelve a llamar a a su camerino para hablar del mismo tema.
-...Dani, yo quiero ayudarte pero...
-¿Pero?
-Es que me tenéis como de intermediaria, estoy un poquitín harta...
-Lo siento...-agacha la cabeza.
-No pasa nada. Lo que más me jode es que os escondéis detrás mío. ¿Por qué no habláis vosotros dos como pareja que sois?
-Ninguno de los dos somos mucho de hablar...-ríe como si no pasar nada.-pero que, que si estás mal que lo siento en serio. ¿Qué puedo hacer para recompensarte?
-¡Nada! ¿Estás tonto? No tienes que hacer nada.
-Ya pensaré algo...
-Dani, no.
-Sep.
-Lo que tú digas...
Termina el programa. Y mientras recojo mis cosas recibo su whatsapp.
-Abre la puerta de tu camerino y mira a la izquierda"
Y así hago. Le contesto.
-¿Y ahora? ¿seguimos hablando así?
-Sí. Ya sabes que no soy mucho de hablar estas cosas en persona.
-Dime.
-Sabes que estamos a principios de Diciembre... y que han abierto la pista de patinaje...
-Dani, ¡que yo no sé patinar!-esto ya se lo digo en persona.
-No, si yo tampoco...
-¿Entonces?
-Será divertido.
-¿Y las morradas que nos vamos a meter?
-¿Qué? ¡Eso es lo divertido!
Yo no me convenzo mucho...
-¿Entonces qué? ¿te vienes?
-No est.
-Sí, te vienes.-me interrumpe.
-Venga, a las 7 en mi casa.
-Allí estaré.
CONTINUARÁ...
domingo, 21 de octubre de 2012
Capítulo 5: Están locos.
Comienza el nuevo día. El primer día de una nueva etapa. Es raro pero me siento mejor, más libre, sin ataduras. Me levanto de la cama con ganas. Levanto la persiana y veo el Sol radiante que ilumina toda la habitación. Esto sí es un buen despertar. Pongo la radio, los 40 Principales, es la primera emisora que sale. Están poniendo Pereza, ¿esto puede ir mejor? puede que sí, pero a mí me vale con esto. Me hago mis tostadas de mantequilla con mermelada de fresa. Cuando termino de hacer mis movidas voy a plató. Veo que están las chicas juntas.
-¡Buenos días!-digo yo con una amplia sonrisa.
-Hombre, Annita. ¿Quién te ha hecho y qué te ha hecho para que estés tú así a esta hora de la mañana?
-No lo sé...-miro a Daniel que está con David y casi sin darme cuenta sonrío.
-Uy, ¿a quién sonríes tanto? Me da a mí que Miki se va a poner celoso.-dice Moni. A lo que todas responden riéndose.
-Ayer lo dejamos...
-¿Qué? ¿De verdad? Lo siento mucho...-todas se ponen muy serias.
-No pasa nada... Una persona me ha enseñado a seguir para delante, a no estancarse en una página de la historia.-digo yo sin dejar de sonreír.
-Entonces genial. Para lo que necesites ya sabes, ¿eh?
-Claro. ¿Sabéis algo de Cris? ¿Ha llegado ya?
-No sé, pregúntaselo a su novio...-ríen todas de nuevo.
-Bueno, chicas, luego hablamos.
Me voy a buscar a Dani, seguramente esté en su camerino leyendo el guión, él siempre lo hace o al menos lo hacía.
Llamo a la puerta, nadie contesta. Estoy a punto de irme pero alguien pone su mano en mi hombro. Me giro de golpe.
-¡Joder, Dani!
-¿Qué pasa? ¿te he asustado?-se ríe.
-Sí, sí, me has asustado.
-Anda... ¿Me buscabas?
-Sí.
-Bueno, pues pasa y hablamos.
Pasamos a su camerino. Nos sentamos como nos sentábamos siempre antes, en Tonterías. Sí, en Tonterías quedábamos todas las mañanas unos minutos para hablar de nuestras cosas. Él se sentaba en un puf rojo y yo en el sofá.
-¿Qué querías?
-Preguntarte por Cris. ¿Ha llegado ya?
-Se supone que sí, no quedamos en llamarnos.
-Yo no me quiero meter en vuestras vidas pero... ¿estáis bien?
Calla y aparta la mirada de mis ojos.
-No, no respondas. Lo siento.-me levanto pero él para mis pasos.
-No.
-¿Que no qué?
-Que...-fija su mirada en la mía.-que no estamos bien.
-Dani, yo sé que no te gusta que nos entrometamos en tu vida así que mejor que me vaya.
-Necesito hablarlo con alguien. Por favor...
Esa cara, su cara, de verdad da pena. Se nota que no está bien.
-Dime.
-Estoy cansado.
-¿De qué?
-De ella.
-Daniel, piensa lo que estás diciendo. ¿cansada de una persona de la que has estado enamorado?
-A lo mejor nunca estuve enamorado de ella.
-¿Y entonces? has hecho de todo por ella y ¿no estás enamorado? ¡entonces estás loco!
-Lo último puede ser.-ríe.-Pero no, en serio. Estar enamorado es algo muy fuerte, algo que no se siente así por así y creo que por ella no lo he sentido, al menos ahora no.
-Dani, te repito que lo pienses bien.
-No, no hay nada que pensar, es que... es que es como lo tuyo.
-¿Cómo lo mío?
-Sí. Llevabais mucho tiempo, os queríais muchísimo y de un día para otro... PLUF.
-¿PLUF?-Me empiezo a reír a carcajada limpia, no puedo parar. Sé que lo que me está contando es importante pero no puedo parar.-Lo siento, sigue.
-¿Y esa risa?-se ríe él también
-Es que hoy me he levantado de buen humor y todo me hace gracia.
-Eso está bien.-me sonríe.
¿Qué me estabas contando?-intento retomar la conversación.
-Lo de Cris.
-Ah, sí. ¿Por qué no hacéis algo juntos? Un viaje, una cena, un fin de semana juntos...
-Ella no quiere. Si ya se lo he dicho pero nada.
-¿Puedo hacer algo por ti?
-No, no, nada. Lo que tenías que hacer ya lo has hecho.
-¿Nos vemos luego?
-Sí, si sé algo te cuento.
-Adiós.
Le hago una pequeña caricia en la mamola antes de salir de allí. Su cara me indica que se ha quedado algo tocado después de lo que hemos hablado. A veces pensar es lo peor que se puede hacer...
Pasan los días, uno tras otro y las cosas no cambian. Un día saliendo de mi camerino oigo una voz que me llama.
-¡Anna!-grita Cris.
-Dime.
-¿Puedo hablar contigo?
-Sí, claro, ¿qué quieres?
-En privado.
-¿A mi camerino?
-Sí.
Vamos a mi camerino.
-Cuéntame.
-He hablado con Dani. Me ha propuesto ir de fin de semana con él a algún sitio fuera de España. ¿Qué hago?
-¿Que qué haces? ¡Pues irte con él!
-Es que no lo veo claro.
-¿Por?
-Estamos muy mal. Yo con él y él conmigo.
-Es el momento de arreglar las cosas. Te lo ha puesto en bandeja, chica.
-No las quiero arreglar.
-¿Qué?
-Que no quiero.
-Estáis los dos locos. Habéis estado locos el uno por el otro y ahora esto. No puede ser. Os vais de fin de semana donde él diga o bueno, donde los dos queráis y veis lo que hay. Después habláis y decidís.
-Gracias, Annita.-me da un beso en la mejilla.
-Y hazme caso, en serio.
-Oye, ya me dijeron lo de Miki. Lo siento mucho...
-No lo sintáis, si no pasa nada.
-Bueno, luego te cuento.-sale.
Por la tarde, cuando vuelvo para casa recibo una llamada.
-¿Sí?-contesto intrigada al ver que es un número oculto.
-¡Annita!-es su acento argentino.
-¡Romi!
-Tengo que comentarte unas cosillas.
CONTINUARÁ...
-¡Buenos días!-digo yo con una amplia sonrisa.
-Hombre, Annita. ¿Quién te ha hecho y qué te ha hecho para que estés tú así a esta hora de la mañana?
-No lo sé...-miro a Daniel que está con David y casi sin darme cuenta sonrío.
-Uy, ¿a quién sonríes tanto? Me da a mí que Miki se va a poner celoso.-dice Moni. A lo que todas responden riéndose.
-Ayer lo dejamos...
-¿Qué? ¿De verdad? Lo siento mucho...-todas se ponen muy serias.
-No pasa nada... Una persona me ha enseñado a seguir para delante, a no estancarse en una página de la historia.-digo yo sin dejar de sonreír.
-Entonces genial. Para lo que necesites ya sabes, ¿eh?
-Claro. ¿Sabéis algo de Cris? ¿Ha llegado ya?
-No sé, pregúntaselo a su novio...-ríen todas de nuevo.
-Bueno, chicas, luego hablamos.
Me voy a buscar a Dani, seguramente esté en su camerino leyendo el guión, él siempre lo hace o al menos lo hacía.
Llamo a la puerta, nadie contesta. Estoy a punto de irme pero alguien pone su mano en mi hombro. Me giro de golpe.
-¡Joder, Dani!
-¿Qué pasa? ¿te he asustado?-se ríe.
-Sí, sí, me has asustado.
-Anda... ¿Me buscabas?
-Sí.
-Bueno, pues pasa y hablamos.
Pasamos a su camerino. Nos sentamos como nos sentábamos siempre antes, en Tonterías. Sí, en Tonterías quedábamos todas las mañanas unos minutos para hablar de nuestras cosas. Él se sentaba en un puf rojo y yo en el sofá.
-¿Qué querías?
-Preguntarte por Cris. ¿Ha llegado ya?
-Se supone que sí, no quedamos en llamarnos.
-Yo no me quiero meter en vuestras vidas pero... ¿estáis bien?
Calla y aparta la mirada de mis ojos.
-No, no respondas. Lo siento.-me levanto pero él para mis pasos.
-No.
-¿Que no qué?
-Que...-fija su mirada en la mía.-que no estamos bien.
-Dani, yo sé que no te gusta que nos entrometamos en tu vida así que mejor que me vaya.
-Necesito hablarlo con alguien. Por favor...
Esa cara, su cara, de verdad da pena. Se nota que no está bien.
-Dime.
-Estoy cansado.
-¿De qué?
-De ella.
-Daniel, piensa lo que estás diciendo. ¿cansada de una persona de la que has estado enamorado?
-A lo mejor nunca estuve enamorado de ella.
-¿Y entonces? has hecho de todo por ella y ¿no estás enamorado? ¡entonces estás loco!
-Lo último puede ser.-ríe.-Pero no, en serio. Estar enamorado es algo muy fuerte, algo que no se siente así por así y creo que por ella no lo he sentido, al menos ahora no.
-Dani, te repito que lo pienses bien.
-No, no hay nada que pensar, es que... es que es como lo tuyo.
-¿Cómo lo mío?
-Sí. Llevabais mucho tiempo, os queríais muchísimo y de un día para otro... PLUF.
-¿PLUF?-Me empiezo a reír a carcajada limpia, no puedo parar. Sé que lo que me está contando es importante pero no puedo parar.-Lo siento, sigue.
-¿Y esa risa?-se ríe él también
-Es que hoy me he levantado de buen humor y todo me hace gracia.
-Eso está bien.-me sonríe.
¿Qué me estabas contando?-intento retomar la conversación.
-Lo de Cris.
-Ah, sí. ¿Por qué no hacéis algo juntos? Un viaje, una cena, un fin de semana juntos...
-Ella no quiere. Si ya se lo he dicho pero nada.
-¿Puedo hacer algo por ti?
-No, no, nada. Lo que tenías que hacer ya lo has hecho.
-¿Nos vemos luego?
-Sí, si sé algo te cuento.
-Adiós.
Le hago una pequeña caricia en la mamola antes de salir de allí. Su cara me indica que se ha quedado algo tocado después de lo que hemos hablado. A veces pensar es lo peor que se puede hacer...
Pasan los días, uno tras otro y las cosas no cambian. Un día saliendo de mi camerino oigo una voz que me llama.
-¡Anna!-grita Cris.
-Dime.
-¿Puedo hablar contigo?
-Sí, claro, ¿qué quieres?
-En privado.
-¿A mi camerino?
-Sí.
Vamos a mi camerino.
-Cuéntame.
-He hablado con Dani. Me ha propuesto ir de fin de semana con él a algún sitio fuera de España. ¿Qué hago?
-¿Que qué haces? ¡Pues irte con él!
-Es que no lo veo claro.
-¿Por?
-Estamos muy mal. Yo con él y él conmigo.
-Es el momento de arreglar las cosas. Te lo ha puesto en bandeja, chica.
-No las quiero arreglar.
-¿Qué?
-Que no quiero.
-Estáis los dos locos. Habéis estado locos el uno por el otro y ahora esto. No puede ser. Os vais de fin de semana donde él diga o bueno, donde los dos queráis y veis lo que hay. Después habláis y decidís.
-Gracias, Annita.-me da un beso en la mejilla.
-Y hazme caso, en serio.
-Oye, ya me dijeron lo de Miki. Lo siento mucho...
-No lo sintáis, si no pasa nada.
-Bueno, luego te cuento.-sale.
Por la tarde, cuando vuelvo para casa recibo una llamada.
-¿Sí?-contesto intrigada al ver que es un número oculto.
-¡Annita!-es su acento argentino.
-¡Romi!
-Tengo que comentarte unas cosillas.
CONTINUARÁ...
viernes, 12 de octubre de 2012
Capítulo 4: Necesitamos a los amigos.
Me tiro en el sofá para ver si me consigo dormir un rato, al menos así mi cabeza estará por unos minutos bloqueada para mí.
Me duermo sí, pero algo me despierta, el sonido del timbre. Abro la puerta, veo que es Dani. No me dice nada ni me hace nada. Entra corriendo a mi habitación mientras yo le sigo. Abre mi armario y empieza a sacar ropa y más ropa.
-¿Qué haces, Dani?-digo enfadada.
-Un momento.
-No, un momento no. Ya bastante tengo con todo. Ahora no quiero ponerme a hacer nada y vas tú y me los desordenas todo.
-Joder, Anna. Espera.
Continúa sacando ropa. Yo me voy a sentar al sofá. Él sabrá lo que hace.
A los 15 minutos llega y me pide que vaya con él. Me encuentro con todo recogido y un vestido, una chaqueta, unas medias, unas botas y una bufanda sobre la cama.
-¿Qué es esto?
-Es tu ropa, ¿no lo ves, tonta?
-Sí, sí lo veo. ¿Qué quieres que haga con ella?
-Que te la pongas.
-Para qué.
-Tú hazme casa y luego te cuento.
Se va al salón. Pone la tele. Anda que no se conoce la carretera ni nada... Mientras tanto yo me pongo lo que me ha puesto sobre la cama. El chico tiene buen gusto para conjuntar...
Cuando he terminado voy al salón. Me apoyo en el marco de la puerta. Él me mira, se pone detrás de mí, me agarra por la cadera y me lleva hasta el baño. Me planta delante del espejo, él se coloca detrás. Me quita la goma del pelo que tengo para sujetarme la coleta, me lo moldea un poco y me lo coloca. Hace que me dé media vuelta y ahora sí, me da un abrazo. Me coge de la mano y me baja hasta la calle.
-Dani, no entiendo nada. ¿Por qué haces esto?
-Cuando pasan cosas así es bueno hablar en un lugar abierto y no en tu casa. Allí tienes demasiados recuerdos.
-¿Y hacía falta ponerme así?
-Es que me parece que estás preciosa con ese vestido.
-Dani...
-¿Qué? ¡Es verdad!
-Lo que tu digas... ¿y ahora qué?
-¿Cómo que ahora qué? Ahora vamos donde tú quieras y me cuentas.
-¡Vamos al sofá de casa!
-Veeeeeeenga, vamos, pero al de mí casa.
-Dani, no sé cómo lo haces pero siempre consigues todo lo que quieres.
-Lo que quiero de verdad sí.-me sonríe.
Subimos en el ascensor. No hablamos demasiado. Él sí que me hace preguntas y bobadas pero lo mío en este momento es responder cosas cortas y mirar al frente.
Llegamos a su casa, paso al salón y me siento en el sofá. Él se sienta a mi lado, me abraza y me empieza a sugerir que hable, que le cuente todo lo que yo quiera porque dice que me va a escuchar y va a estar conmigo.
Empiezo ha hablar, a medida que pasa el tiempo mis ojos se van poniendo llorosos y mi voz cada vez más aguda.
Termino de contarle mis movidas, él me ha escuchado y me ha dado consejos.
-Oye, estás guapísima ¿por qué no lo aprovechamos?-me dice él poniéndose de pie.
-¿Aprovechamos? ¿cómo? miedo me das.
-Mira, después de cada ruptura hay unas fases: La primera es la de hundirse y sentirse solo, esa ya la has pasado. La segunda es la de contárselo a alguien, esa también. La tercera es la de salir y olvidarse de todo.
-Según lo dices parece que eso dura días y días.
-Y dura, pero son las fases más duras y cuanto antes las pases mejor. Así que, venga, arreando que es gerundio. Que yo te vea.
Salimos de su piso. No sé por qué pero me siento incómoda, él es demasiado cariñoso, se está acercando demasiado a mí y eso... eso es imposible. Siempre que lo intenta yo me alejo de él, paso de movidas
-¿Tú también tienes esas fases?
-No. Yo cuando rompo con alguien salgo a correr, estoy mal un día y vuelvo a la normalidad.
-¿Eso no es que esa persona te importa demasiado poco?
-No, eso es que quiero pasar página cuanto antes. De nada sirve encerrarse en el pasado, de nada.
-Pero ¿no te comes la cabeza a pensar qué ha pasado? Debes de ser la única persona.
-Puede ser pero es que es una bobada. Hasta hace unos años yo lo hacía y mucho además, no te imaginas cuanto pero vi que no valía la pena. Que todo eran chorradas sin sentido. Que si había sido así, sería por algo.
-¿Eso es lo que piensas? ¿qué si es así es por algo?
-Sí. Todo tiene que tener un por qué pero a veces con saber que está ahí, aunque no sepas lo que significa te vale.
-No conocía esta faceta tuya... Eres un romanticón.
-Qué mal me conoces...-en ese momento yo me río por el tono en el que lo ha dicho, ha sido gracioso...
-Oye, Dani, me voy a ir ya para casa estoy cansada y necesito dormir un rato. Nos vemos mañana. ¡Ah! y dile a Cris que se lo pase muy bien en Londres y si se enfada porque no has pasado la tarde con ella dile que ha sido mi culpa que es la verdad, ¿vale?
-Yo se lo diré. Y respecto a la culpa... de vez en cuando necesitamos a los amigos...-me hace una caricia en la mejilla izquierda, me hace una pequeña sonrisa a la que yo contesto con la misma y nos despedimos.
En el camino a casa empiezo a pensar en su última frase "De vez en cuando necesitamos a los amigos" ¿Y eso? quiero decir, hace unos meses él no habría soltado eso ni por asomo. Sé que Cris le tenía atado y que estas últimas semanas ha estado más cercano pero empiezo a temer que las cosas no les van bien, les conozco. Pero bueno, eso ahora no es lo que importa, lo que importa es que mañana será otro día, un gran día espero yo.
CONTINUARÁ...
Me duermo sí, pero algo me despierta, el sonido del timbre. Abro la puerta, veo que es Dani. No me dice nada ni me hace nada. Entra corriendo a mi habitación mientras yo le sigo. Abre mi armario y empieza a sacar ropa y más ropa.
-¿Qué haces, Dani?-digo enfadada.
-Un momento.
-No, un momento no. Ya bastante tengo con todo. Ahora no quiero ponerme a hacer nada y vas tú y me los desordenas todo.
-Joder, Anna. Espera.
Continúa sacando ropa. Yo me voy a sentar al sofá. Él sabrá lo que hace.
A los 15 minutos llega y me pide que vaya con él. Me encuentro con todo recogido y un vestido, una chaqueta, unas medias, unas botas y una bufanda sobre la cama.
-¿Qué es esto?
-Es tu ropa, ¿no lo ves, tonta?
-Sí, sí lo veo. ¿Qué quieres que haga con ella?
-Que te la pongas.
-Para qué.
-Tú hazme casa y luego te cuento.
Se va al salón. Pone la tele. Anda que no se conoce la carretera ni nada... Mientras tanto yo me pongo lo que me ha puesto sobre la cama. El chico tiene buen gusto para conjuntar...
Cuando he terminado voy al salón. Me apoyo en el marco de la puerta. Él me mira, se pone detrás de mí, me agarra por la cadera y me lleva hasta el baño. Me planta delante del espejo, él se coloca detrás. Me quita la goma del pelo que tengo para sujetarme la coleta, me lo moldea un poco y me lo coloca. Hace que me dé media vuelta y ahora sí, me da un abrazo. Me coge de la mano y me baja hasta la calle.
-Dani, no entiendo nada. ¿Por qué haces esto?
-Cuando pasan cosas así es bueno hablar en un lugar abierto y no en tu casa. Allí tienes demasiados recuerdos.
-¿Y hacía falta ponerme así?
-Es que me parece que estás preciosa con ese vestido.
-Dani...
-¿Qué? ¡Es verdad!
-Lo que tu digas... ¿y ahora qué?
-¿Cómo que ahora qué? Ahora vamos donde tú quieras y me cuentas.
-¡Vamos al sofá de casa!
-Veeeeeeenga, vamos, pero al de mí casa.
-Dani, no sé cómo lo haces pero siempre consigues todo lo que quieres.
-Lo que quiero de verdad sí.-me sonríe.
Subimos en el ascensor. No hablamos demasiado. Él sí que me hace preguntas y bobadas pero lo mío en este momento es responder cosas cortas y mirar al frente.
Llegamos a su casa, paso al salón y me siento en el sofá. Él se sienta a mi lado, me abraza y me empieza a sugerir que hable, que le cuente todo lo que yo quiera porque dice que me va a escuchar y va a estar conmigo.
Empiezo ha hablar, a medida que pasa el tiempo mis ojos se van poniendo llorosos y mi voz cada vez más aguda.
Termino de contarle mis movidas, él me ha escuchado y me ha dado consejos.
-Oye, estás guapísima ¿por qué no lo aprovechamos?-me dice él poniéndose de pie.
-¿Aprovechamos? ¿cómo? miedo me das.
-Mira, después de cada ruptura hay unas fases: La primera es la de hundirse y sentirse solo, esa ya la has pasado. La segunda es la de contárselo a alguien, esa también. La tercera es la de salir y olvidarse de todo.
-Según lo dices parece que eso dura días y días.
-Y dura, pero son las fases más duras y cuanto antes las pases mejor. Así que, venga, arreando que es gerundio. Que yo te vea.
Salimos de su piso. No sé por qué pero me siento incómoda, él es demasiado cariñoso, se está acercando demasiado a mí y eso... eso es imposible. Siempre que lo intenta yo me alejo de él, paso de movidas
-¿Tú también tienes esas fases?
-No. Yo cuando rompo con alguien salgo a correr, estoy mal un día y vuelvo a la normalidad.
-¿Eso no es que esa persona te importa demasiado poco?
-No, eso es que quiero pasar página cuanto antes. De nada sirve encerrarse en el pasado, de nada.
-Pero ¿no te comes la cabeza a pensar qué ha pasado? Debes de ser la única persona.
-Puede ser pero es que es una bobada. Hasta hace unos años yo lo hacía y mucho además, no te imaginas cuanto pero vi que no valía la pena. Que todo eran chorradas sin sentido. Que si había sido así, sería por algo.
-¿Eso es lo que piensas? ¿qué si es así es por algo?
-Sí. Todo tiene que tener un por qué pero a veces con saber que está ahí, aunque no sepas lo que significa te vale.
-No conocía esta faceta tuya... Eres un romanticón.
-Qué mal me conoces...-en ese momento yo me río por el tono en el que lo ha dicho, ha sido gracioso...
-Oye, Dani, me voy a ir ya para casa estoy cansada y necesito dormir un rato. Nos vemos mañana. ¡Ah! y dile a Cris que se lo pase muy bien en Londres y si se enfada porque no has pasado la tarde con ella dile que ha sido mi culpa que es la verdad, ¿vale?
-Yo se lo diré. Y respecto a la culpa... de vez en cuando necesitamos a los amigos...-me hace una caricia en la mejilla izquierda, me hace una pequeña sonrisa a la que yo contesto con la misma y nos despedimos.
En el camino a casa empiezo a pensar en su última frase "De vez en cuando necesitamos a los amigos" ¿Y eso? quiero decir, hace unos meses él no habría soltado eso ni por asomo. Sé que Cris le tenía atado y que estas últimas semanas ha estado más cercano pero empiezo a temer que las cosas no les van bien, les conozco. Pero bueno, eso ahora no es lo que importa, lo que importa es que mañana será otro día, un gran día espero yo.
CONTINUARÁ...
martes, 25 de septiembre de 2012
Capítulo3: Es normal.
Son las 9 de la mañana, como siempre, me levanto y hago las cosas normales; voy al baño, desayuno, me visto y vuelvo a ir al baño para peinarme. Salgo de casa no sin antes encender el móvil. Hay una llamada perdida de Dani de hace 15 minutos, le llamo.
-¿Sí?
-Dani, soy Anna.
-Dani, soy Anna.
-Anna, ¿no te habré despertado?
-No, tenía el móvil apagado.
-Una chica previsora, sí señor.
-Ya ves... ¿Qué querías?
-Ayer te dije que si quedábamos para desayunar. ¿tú dónde estás?
-Ahora mismo estoy saliendo de casa.
-Ayer te dije que si quedábamos para desayunar. ¿tú dónde estás?
-Ahora mismo estoy saliendo de casa.
-¿Quieres que te vaya a buscar? tardo 10 minutos.
-Aquí te espero, llamas al timbre y bajo, ¿vale?
-Como usted mande. Hasta ahora.
-Adiós.
Espero y a los 10 minutos oigo el timbre. Cojo todas mis cosas y me aseguro de que no me falta nada.
-Buenos días.-le digo mientras me acerco a él.
-Buenos días.-nos damos dos besos y entramos en el coche.-¿Vamos a plató o prefieres desayunar en una cafetería de por aquí?
-Vamos a plató ya. Si no, luego se nos hace tarde.
-¿A qué hora te dijo que venía?
-¿Miki?
-Sí.
-A las 12, pero vamos, que seguro que llega algo antes.
-¿Sabes lo que le vas a decir o algo?
-Lo vamos a dejar lo tengo claro.
-Yo te daría consejo pero sabes que no soy muy dado para estas cosas...
-No pasa nada.-llegamos a plató. Aparcamos y vamos a la cafetería.
-Vete a coger mesa, que yo pido. ¿Café con leche, no?
-Sí.-sonrío y me voy a buscar mesa. Cojo la que está más alejada de los demás para poder estar tranquilos.
-El café con leche para la señorita y el café solo para mí.-dice dejándolos en la mesa.
-Gracias.
-¿Y tus padres saben algo de esto?
-Mis padres creo que no, creo que se lo medio huelen pero no.
-¿Y cuándo se lo vas a decir?
-Creo que este fin de semana me iré para allí así que se lo diré.
-¿No se lo deberías haber dicho ya? son tus padres.
-No. Además hasta que no se aclaren del todo las cosas es mejor no decirles nada.
-Mucha suerte.-me coge de la mano.-Tú sabrás hacerle frente a esa conversación.-En ese momento en el que los dos estamos cogidos de las mano hablando llega Cris. Le da un pequeño achuchón por la espalda y le tira un poco del abrazo intentando quitar su mano de la mía e intentando también que no se note mucho.
-Buenos días.-dice ella.-Le intenta dar un beso pero él aparta la cara.
-Cris, que estoy hablando con Anna.
-Pero hombre, dale un beso aunque sea.-Digo yo intentando calmar las cosas.
-Cris, ¿puedes irte?-insiste él.
-No, me voy yo.-Cojo el bolso que es lo único que llevo y voy a hablar con Flo.-¿Se puede pasar?-llamo a la puerta.
-Sí, pasa.
-Flo, te tengo que comentar una cosilla.
-Dime.
-¿Hay mucho que hacer hoy?
-Tenemos que ensayar unas cosas pero después de la comida, ¿por?
-Ah, bueno, mejor. Es que tengo que irme media hora o así a partir de las 12.
-Vete tranquila. ¿Dónde vas?
-Viene Miki y tengo que hablar con él, ya te contaré.
-Pues tú vete tranquila que no hay nada importante que hacer.-me sonríe.
-Gracias Flo.
Estoy toda las mañana haciendo cosas para el programa hasta que a las 12 menos 10, sabiendo que él llegará antes de la hora que me dijo, salgo a la calle. A las 12 menos 5 Miki ya está entrando por la puerta de los Estudios.
-Buenos días.
-Buenas tardes ya.
-Verdad.
-¿Vamos a hablar aquí?
-No, mejor vamos a algún sitio.
-¿A un bar?
-A un sitio donde estemos tranquilos, tú sabrás.
-Vamos.
-¿No tienes que coger nada?
-No, daba por hecho que no hablaríamos aquí.-le llevo a un parque en el que por las mañanas no hay nadie.-Aquí estaremos bien.-nos sentamos en un banco.
-¿Seguro? Esto parece un lugar muy público.
-A esta hora solo están lo señores mayores, no nos molestarán. ¿Y bien? Vamos a quitarnos esto de encima ya.
-Es difícil empezar una conversación así...
-Miki, los dos sabemos lo que pasa, no puede ser tan difícil. Vamos a lo importante, los rodeos solo sirven para hacer sufrir más.
-Lo nuestro se ha acabado, ¿no?
-Desde hace unos meses yo no siento por ti lo mismo que cuando empezamos. Tú debes sentir lo mismo. Esa magia que antes había ahora ya no la hay. ¿No es así?
-Sí.
-No hay más que te decir.
-¿Y qué somos ahora?
-Amigos, supongo.
-Amigos.
-Exacto. Oye, creo que es mejor que vuelva al trabajo, había cosas que hacer.
Nos decimos un "adiós" seco. Aunque parezca mentira no estoy del todo mal. Tengo esa cosa que se te queda por todo el cuerpo cuando pasan cosas como estas. Pensamientos de "¿qué hemos hecho mal?" pero supongo que es lo normal, nunca me había visto en otra. Todas las relaciones que empezaba acababan pronto, esta era la primera que iba un poco enserio y cómo a acabado. Llego a mi camerino y continúo haciendo "vida normal", como si no pasara nada.
-¿Qué tal ha ido?-me dice Dani cuando me lo encuentro por el pasillo.
-Hemos hablado y lo hemos dejado.
-¿Estás bien?
-Sí.
-¿Segura?
-Sí, de verdad, que estoy bien, no te preocupes.
-Me lo creeré...
-Bien. ¿Hay que hacer algo?
-No, de momento no. Bueno, Flo te buscaba, está en su camerino. Creo que te quería comentar unas cosas del programa de mañana.
-Vale, gracias. Nos vemos.
-Adiós y, Anna, si necesitas algo ya sabes.
-Vale.-sonrío.-Luego hablamos.
Voy al camerino de Flo. Hablamos un rato de que Cris mañana se va a Londres por lo que habrá que cubrir su sección de alguna forma. Cuando salgo de allí, prácticamente es la hora de comer. Parece que no, pero hemos estado hablando un buen rato. Comemos, ensayamos las cosas que hay que ensayar y hacemos el programa. Como siempre, todo sale bien. Me voy a casa. Todo bien hasta que empiezo a pensar, hasta que me da uno de estos bajones en los que necesitas hablar con alguien de confianza. Cojo el teléfono y llamo a Dani.
-¿Sí?-dice él al coger el teléfono.
-Dani.
-¡Annita! ¿qué tal?
-Bueno...
-¿Estás mal?-dice preocupado.
-Un poco.
-Ven a casa, venga.
-Solo quiero hablar.
-Vamos, Anna. Te conozco y sé que tú no solo necesitas hablar.
-Pero no quiero ir a tu casa.
-¿Por?
-Mañana Cris se va, querréis estar solos y ya bastantes molestias os he causado. No, no. Con que hables conmigo unos minutos me vale, en serio.
-¿Y qué más da lo de Cris? Ya nos hemos despedido esta mañana. Además ella ni ha hecho la maleta todavía ni nada, no va a ir por mi casa.
-Pero... que no, que no.
-Vale, vale, como tú quieras. Ahora cuéntame.
-Es difícil. No sé que es lo que me pasa exactamente. Es algo raro porque por una parte estoy bien. Hemos hecho lo que teníamos que hacer y no hemos quedado a malas pero por otra... es que, me siento culpable, pero a la vez feliz porque he hecho lo que tenía que hacer y...-se nota en mi forma de hablar que estoy en otro mundo, que no sé lo que me pasa exactamente.
- Es normal, Anna. Estás unos días así y luego, te levantas y sigues.
-Pero es que yo nunca había pasado por esto.
-Pero Annita, tú sabes que yo tengo poca experiencia en esto pero sé que es lo normal, en serio. En un par de días vas a estar bien, de verdad.
-Gracias.-digo calmándome un poco.
-Oye, te tengo que dejar. Luego hablamos.-dice de repente y cuelga el teléfono sin dejar que yo diga palabra.
CONTINUARÁ...
-Aquí te espero, llamas al timbre y bajo, ¿vale?
-Como usted mande. Hasta ahora.
-Adiós.
Espero y a los 10 minutos oigo el timbre. Cojo todas mis cosas y me aseguro de que no me falta nada.
-Buenos días.-le digo mientras me acerco a él.
-Buenos días.-nos damos dos besos y entramos en el coche.-¿Vamos a plató o prefieres desayunar en una cafetería de por aquí?
-Vamos a plató ya. Si no, luego se nos hace tarde.
-¿A qué hora te dijo que venía?
-¿Miki?
-Sí.
-A las 12, pero vamos, que seguro que llega algo antes.
-¿Sabes lo que le vas a decir o algo?
-Lo vamos a dejar lo tengo claro.
-Yo te daría consejo pero sabes que no soy muy dado para estas cosas...
-No pasa nada.-llegamos a plató. Aparcamos y vamos a la cafetería.
-Vete a coger mesa, que yo pido. ¿Café con leche, no?
-Sí.-sonrío y me voy a buscar mesa. Cojo la que está más alejada de los demás para poder estar tranquilos.
-El café con leche para la señorita y el café solo para mí.-dice dejándolos en la mesa.
-Gracias.
-¿Y tus padres saben algo de esto?
-Mis padres creo que no, creo que se lo medio huelen pero no.
-¿Y cuándo se lo vas a decir?
-Creo que este fin de semana me iré para allí así que se lo diré.
-¿No se lo deberías haber dicho ya? son tus padres.
-No. Además hasta que no se aclaren del todo las cosas es mejor no decirles nada.
-Mucha suerte.-me coge de la mano.-Tú sabrás hacerle frente a esa conversación.-En ese momento en el que los dos estamos cogidos de las mano hablando llega Cris. Le da un pequeño achuchón por la espalda y le tira un poco del abrazo intentando quitar su mano de la mía e intentando también que no se note mucho.
-Buenos días.-dice ella.-Le intenta dar un beso pero él aparta la cara.
-Cris, que estoy hablando con Anna.
-Pero hombre, dale un beso aunque sea.-Digo yo intentando calmar las cosas.
-Cris, ¿puedes irte?-insiste él.
-No, me voy yo.-Cojo el bolso que es lo único que llevo y voy a hablar con Flo.-¿Se puede pasar?-llamo a la puerta.
-Sí, pasa.
-Flo, te tengo que comentar una cosilla.
-Dime.
-¿Hay mucho que hacer hoy?
-Tenemos que ensayar unas cosas pero después de la comida, ¿por?
-Ah, bueno, mejor. Es que tengo que irme media hora o así a partir de las 12.
-Vete tranquila. ¿Dónde vas?
-Viene Miki y tengo que hablar con él, ya te contaré.
-Pues tú vete tranquila que no hay nada importante que hacer.-me sonríe.
-Gracias Flo.
Estoy toda las mañana haciendo cosas para el programa hasta que a las 12 menos 10, sabiendo que él llegará antes de la hora que me dijo, salgo a la calle. A las 12 menos 5 Miki ya está entrando por la puerta de los Estudios.
-Buenos días.
-Buenas tardes ya.
-Verdad.
-¿Vamos a hablar aquí?
-No, mejor vamos a algún sitio.
-¿A un bar?
-A un sitio donde estemos tranquilos, tú sabrás.
-Vamos.
-¿No tienes que coger nada?
-No, daba por hecho que no hablaríamos aquí.-le llevo a un parque en el que por las mañanas no hay nadie.-Aquí estaremos bien.-nos sentamos en un banco.
-¿Seguro? Esto parece un lugar muy público.
-A esta hora solo están lo señores mayores, no nos molestarán. ¿Y bien? Vamos a quitarnos esto de encima ya.
-Es difícil empezar una conversación así...
-Miki, los dos sabemos lo que pasa, no puede ser tan difícil. Vamos a lo importante, los rodeos solo sirven para hacer sufrir más.
-Lo nuestro se ha acabado, ¿no?
-Desde hace unos meses yo no siento por ti lo mismo que cuando empezamos. Tú debes sentir lo mismo. Esa magia que antes había ahora ya no la hay. ¿No es así?
-Sí.
-No hay más que te decir.
-¿Y qué somos ahora?
-Amigos, supongo.
-Amigos.
-Exacto. Oye, creo que es mejor que vuelva al trabajo, había cosas que hacer.
Nos decimos un "adiós" seco. Aunque parezca mentira no estoy del todo mal. Tengo esa cosa que se te queda por todo el cuerpo cuando pasan cosas como estas. Pensamientos de "¿qué hemos hecho mal?" pero supongo que es lo normal, nunca me había visto en otra. Todas las relaciones que empezaba acababan pronto, esta era la primera que iba un poco enserio y cómo a acabado. Llego a mi camerino y continúo haciendo "vida normal", como si no pasara nada.
-¿Qué tal ha ido?-me dice Dani cuando me lo encuentro por el pasillo.
-Hemos hablado y lo hemos dejado.
-¿Estás bien?
-Sí.
-¿Segura?
-Sí, de verdad, que estoy bien, no te preocupes.
-Me lo creeré...
-Bien. ¿Hay que hacer algo?
-No, de momento no. Bueno, Flo te buscaba, está en su camerino. Creo que te quería comentar unas cosas del programa de mañana.
-Vale, gracias. Nos vemos.
-Adiós y, Anna, si necesitas algo ya sabes.
-Vale.-sonrío.-Luego hablamos.
Voy al camerino de Flo. Hablamos un rato de que Cris mañana se va a Londres por lo que habrá que cubrir su sección de alguna forma. Cuando salgo de allí, prácticamente es la hora de comer. Parece que no, pero hemos estado hablando un buen rato. Comemos, ensayamos las cosas que hay que ensayar y hacemos el programa. Como siempre, todo sale bien. Me voy a casa. Todo bien hasta que empiezo a pensar, hasta que me da uno de estos bajones en los que necesitas hablar con alguien de confianza. Cojo el teléfono y llamo a Dani.
-¿Sí?-dice él al coger el teléfono.
-Dani.
-¡Annita! ¿qué tal?
-Bueno...
-¿Estás mal?-dice preocupado.
-Un poco.
-Ven a casa, venga.
-Solo quiero hablar.
-Vamos, Anna. Te conozco y sé que tú no solo necesitas hablar.
-Pero no quiero ir a tu casa.
-¿Por?
-Mañana Cris se va, querréis estar solos y ya bastantes molestias os he causado. No, no. Con que hables conmigo unos minutos me vale, en serio.
-¿Y qué más da lo de Cris? Ya nos hemos despedido esta mañana. Además ella ni ha hecho la maleta todavía ni nada, no va a ir por mi casa.
-Pero... que no, que no.
-Vale, vale, como tú quieras. Ahora cuéntame.
-Es difícil. No sé que es lo que me pasa exactamente. Es algo raro porque por una parte estoy bien. Hemos hecho lo que teníamos que hacer y no hemos quedado a malas pero por otra... es que, me siento culpable, pero a la vez feliz porque he hecho lo que tenía que hacer y...-se nota en mi forma de hablar que estoy en otro mundo, que no sé lo que me pasa exactamente.
- Es normal, Anna. Estás unos días así y luego, te levantas y sigues.
-Pero es que yo nunca había pasado por esto.
-Pero Annita, tú sabes que yo tengo poca experiencia en esto pero sé que es lo normal, en serio. En un par de días vas a estar bien, de verdad.
-Gracias.-digo calmándome un poco.
-Oye, te tengo que dejar. Luego hablamos.-dice de repente y cuelga el teléfono sin dejar que yo diga palabra.
CONTINUARÁ...
miércoles, 29 de agosto de 2012
Capítulo2: Solo estaríamos negando lo evidente.
La verdad es que no me había quedado muy a gusto con lo que le había dicho, a lo mejor había sido demasiado fuerte, quizás perdí los nervios pero todo lo que había dicho era verdad. Al no estar conforme, voy a su camerino.
-¿Puedo pasar?
-Sí.
-Oye, Dani, creo que antes no era el mejor momento para hablar, lo siento, ¿vale?
-No lo sientas ¿qué hay que sentir? solo has dicho lo que piensas.
-Ya, pero de una forma un poco ¿borde?
-Nah, tranquila, es normal estar así cuando se está mal y más si pasa lo que te pasa a ti.-Miro al suelo al pensar en Miki, él nota que no estoy demasiado cómoda y me da un abrazo.-Esta noche vamos a quedar para cenar en mi casa, ¿te vienes?
-¿Quienes van?
-Pues Raúl, Cris, Moni, David, Juanger... los de siempre.
-Y ¿a qué hora sería eso?
-Podéis ir cuando queráis, yo voy a estar en casa todo el día.
-Si no quemas la cocina yo voy.-sonrío.
-¿Yo? ¡Pero si yo cocino perfectamente!-ríe él también.
-Sí, sí... Pues entonces iré pronto, en casa no hago nada y por lo menos tengo algo de compañía.
-Así me gusta.-me hace una caricia en la espalda y me voy.
Pasa la mañana tan normal como siempre. Intento que no se me note mucho mi estado de ánimos aunque muchas veces no lo consigo. El programa también muy bien, Dani sabe que no estoy demasiado bien e intenta hacerme bobadas para que yo me ría. Vuelvo a casa. Busco la ropa que me voy a poner y después de media hora sin parar de sacar ropa del armario encuentro unos pantalones pitillos negros y una camiseta con tonos oscuros también, me pongo los zapatos, cojo el bolso y una chaqueta y como había prometido, voy a casa de Dani. Es demasiado pronto y no ha llegado nadie más.
-Buenas tardes.-me dice antes de darme dos besos.-Pasa.
-¿Ya estás al lío de la cocina?
-Sí, aquí estoy y de momento no he hecho nada malo, tranquila.
-Es cuestión de tiempo.-digo entre risas.
-Anda, ven y ayúdame.-Vamos los dos a la cocina y empezamos a hablar.
-¿Y tú que tal con Cris?
-Nosotros como siempre, ya sabes, con nuestras peleillas y esas cosas pero bueno.
-Me alegro.
-Vamos al salón si quieres.-Vamos y nos sentamos. Él en el sofá y yo en el sillón.-¿De qué quieres hablar?
-No sé, propón tú un tema o algo, que siempre empiezo a hablar yo y acabamos mal.
-Pues... hablemos de palomitas.
-¿¡Palomitas!?-río
-Mismamente. ¿Cómo te gustan con mantequilla o normales?
-¿En serio?-sigo riendo a carcajadas. Con...¿mantequilla?
-Yo prefiero las normales.-dice como si estuviéramos hablando del tema más normal del mundo.
-¿Lo ves normal?
-¿El qué, las palomitas?
-¡Dani!
-Si te das cuenta te estás riendo y yo también, creo que hemos topado con un buen tema. Ahora te toca a ti.
-¿A mí? Creo que no se me ocurrirá un tema tan bueno como el tuyo...-digo con un tono un poco irónico.-¿Sillas?
-Sillas, está bien. ¿Con brazos o sin brazos?
-Sin, supongo. ¿Y tú?
-Con, los brazos de una silla son importantes.-ríe.
Seguimos hablando de estas tonterías. No creía que me hicieran tanta falta pero al parecer sí... Ponemos la mesa y preparamos todo. Van llegando los chicos, al final somos bastantes más de lo que pensaba. Cenamos haciendo bromas, que es lo que mejor sabemos hacer.
-¿Este fin de semana qué vas a hacer?-me dice Raúl.
-Este fin de semana tengo que ir a Mollet a hacer unas cosas importantes para mí..
-¿Algo malo?
-Sí.
-¿Quieres contarme?
-No, pero no por ti sino porque, jobar, estamos aquí todos juntos, no es plan de ponernos tristes ¿no?
-Tienes razón, suerte de todas formas.-me sonríe.-Oye, te están llamando al móvil.
-Un momento.-Es un número oculto, me alejo unos metros de todos y descuelgo el móvil..-¿Sí?
-Anna, soy Miki. Tengo que hablar contigo.
-Dime.
-Mañana voy a ir a Madrid para hablar contigo de nuestra relación. Ni tú ni yo estamos a gusto, estoy hay que hablarlo acabe como acabe. No merece la pena retrasarlo, solo estaríamos negando lo evidente.
-¿A qué hora y dónde te espero mañana?
-Creo que llegaré por la mañana, con que estés como a las 12 en la puerta de plató me vale.
-Ahí estaré, hasta mañana.
-Un beso.
-Un beso.
No estaba preparada para esta llamada y, como siempre, necesito pensar sola.
-Dani, ¿puedes venir un momento? tengo que comentarte algo.
-Dime.
-Me ha llamado Miki.
-¿Y? ¿Qué te ha dicho?
-Me ha dicho que mañana viene a Madrid por la mañana para aclarar las cosas.
-¿Y no es lo que querías?
-Sí pero no tan de repente.
-Tú sabrás qué decir, de todas formas si quieres mañana por la mañana desayunamos juntos y hablamos un rato.
-Yo mañana te llamo. Me voy a ir a casa ya, ¿vale?
-Quédate un rato más, mañana será mañana, disfruta de hoy.
-No, Dani. Además estoy un poco cansada. Me despido de estos y me voy.-Vuelvo al comedor donde están todos.-Chicos, yo me voy ya. No os acostéis muy tarde que mañana hay que trabajar ¿eh?-digo aportando el toque humorístico.
-Se le ha hecho tarde a la abuela.-ríen todos.
-Pues lo dicho que hasta mañana.
CONTINUARÁ...
-¿Puedo pasar?
-Sí.
-Oye, Dani, creo que antes no era el mejor momento para hablar, lo siento, ¿vale?
-No lo sientas ¿qué hay que sentir? solo has dicho lo que piensas.
-Ya, pero de una forma un poco ¿borde?
-Nah, tranquila, es normal estar así cuando se está mal y más si pasa lo que te pasa a ti.-Miro al suelo al pensar en Miki, él nota que no estoy demasiado cómoda y me da un abrazo.-Esta noche vamos a quedar para cenar en mi casa, ¿te vienes?
-¿Quienes van?
-Pues Raúl, Cris, Moni, David, Juanger... los de siempre.
-Y ¿a qué hora sería eso?
-Podéis ir cuando queráis, yo voy a estar en casa todo el día.
-Si no quemas la cocina yo voy.-sonrío.
-¿Yo? ¡Pero si yo cocino perfectamente!-ríe él también.
-Sí, sí... Pues entonces iré pronto, en casa no hago nada y por lo menos tengo algo de compañía.
-Así me gusta.-me hace una caricia en la espalda y me voy.
Pasa la mañana tan normal como siempre. Intento que no se me note mucho mi estado de ánimos aunque muchas veces no lo consigo. El programa también muy bien, Dani sabe que no estoy demasiado bien e intenta hacerme bobadas para que yo me ría. Vuelvo a casa. Busco la ropa que me voy a poner y después de media hora sin parar de sacar ropa del armario encuentro unos pantalones pitillos negros y una camiseta con tonos oscuros también, me pongo los zapatos, cojo el bolso y una chaqueta y como había prometido, voy a casa de Dani. Es demasiado pronto y no ha llegado nadie más.
-Buenas tardes.-me dice antes de darme dos besos.-Pasa.
-¿Ya estás al lío de la cocina?
-Sí, aquí estoy y de momento no he hecho nada malo, tranquila.
-Es cuestión de tiempo.-digo entre risas.
-Anda, ven y ayúdame.-Vamos los dos a la cocina y empezamos a hablar.
-¿Y tú que tal con Cris?
-Nosotros como siempre, ya sabes, con nuestras peleillas y esas cosas pero bueno.
-Me alegro.
-Vamos al salón si quieres.-Vamos y nos sentamos. Él en el sofá y yo en el sillón.-¿De qué quieres hablar?
-No sé, propón tú un tema o algo, que siempre empiezo a hablar yo y acabamos mal.
-Pues... hablemos de palomitas.
-¿¡Palomitas!?-río
-Mismamente. ¿Cómo te gustan con mantequilla o normales?
-¿En serio?-sigo riendo a carcajadas. Con...¿mantequilla?
-Yo prefiero las normales.-dice como si estuviéramos hablando del tema más normal del mundo.
-¿Lo ves normal?
-¿El qué, las palomitas?
-¡Dani!
-Si te das cuenta te estás riendo y yo también, creo que hemos topado con un buen tema. Ahora te toca a ti.
-¿A mí? Creo que no se me ocurrirá un tema tan bueno como el tuyo...-digo con un tono un poco irónico.-¿Sillas?
-Sillas, está bien. ¿Con brazos o sin brazos?
-Sin, supongo. ¿Y tú?
-Con, los brazos de una silla son importantes.-ríe.
Seguimos hablando de estas tonterías. No creía que me hicieran tanta falta pero al parecer sí... Ponemos la mesa y preparamos todo. Van llegando los chicos, al final somos bastantes más de lo que pensaba. Cenamos haciendo bromas, que es lo que mejor sabemos hacer.
-¿Este fin de semana qué vas a hacer?-me dice Raúl.
-Este fin de semana tengo que ir a Mollet a hacer unas cosas importantes para mí..
-¿Algo malo?
-Sí.
-¿Quieres contarme?
-No, pero no por ti sino porque, jobar, estamos aquí todos juntos, no es plan de ponernos tristes ¿no?
-Tienes razón, suerte de todas formas.-me sonríe.-Oye, te están llamando al móvil.
-Un momento.-Es un número oculto, me alejo unos metros de todos y descuelgo el móvil..-¿Sí?
-Anna, soy Miki. Tengo que hablar contigo.
-Dime.
-Mañana voy a ir a Madrid para hablar contigo de nuestra relación. Ni tú ni yo estamos a gusto, estoy hay que hablarlo acabe como acabe. No merece la pena retrasarlo, solo estaríamos negando lo evidente.
-¿A qué hora y dónde te espero mañana?
-Creo que llegaré por la mañana, con que estés como a las 12 en la puerta de plató me vale.
-Ahí estaré, hasta mañana.
-Un beso.
-Un beso.
No estaba preparada para esta llamada y, como siempre, necesito pensar sola.
-Dani, ¿puedes venir un momento? tengo que comentarte algo.
-Dime.
-Me ha llamado Miki.
-¿Y? ¿Qué te ha dicho?
-Me ha dicho que mañana viene a Madrid por la mañana para aclarar las cosas.
-¿Y no es lo que querías?
-Sí pero no tan de repente.
-Tú sabrás qué decir, de todas formas si quieres mañana por la mañana desayunamos juntos y hablamos un rato.
-Yo mañana te llamo. Me voy a ir a casa ya, ¿vale?
-Quédate un rato más, mañana será mañana, disfruta de hoy.
-No, Dani. Además estoy un poco cansada. Me despido de estos y me voy.-Vuelvo al comedor donde están todos.-Chicos, yo me voy ya. No os acostéis muy tarde que mañana hay que trabajar ¿eh?-digo aportando el toque humorístico.
-Se le ha hecho tarde a la abuela.-ríen todos.
-Pues lo dicho que hasta mañana.
CONTINUARÁ...
miércoles, 22 de agosto de 2012
Capítulo1: Mal de mal.
Lunes, el horrible día, el día que nadie quiere que llegue, está claro, el trabajo ¿no? pues el lunes es uno de mis día preferidos. Si mi fin de semana ha sido bueno ¡genial! y si no mejor. Eso de volver a ver a tus compañeros de trabajo para muchas personas es una carga, pues para mí no. Ellos son especiales, tienen ese "algo" que los hace especiales, ese "algo" que hace que yo les quiera como a nada en el mundo. Pues bien, como ya he dicho es lunes y esta vez, comienza la semana más que "¡genial!" no he pasado un buen fin de semana y, aunque esto no lo anula, pues lo difumina. Llego allí y les veo a todos. Estamos en el comedor. Dani me hace un gesto con la mano para que vaya a desayunar con ellos. En la mesa estamos Moni, David, Meri, Valdi, Dani y Cris. Me siento con ellos.
-¿Qué quieres tomar?-me pregunta Dani.
-Café con leche, por favor.-le respondo con un tono de voz muy cansado.
-¿Qué te pasa?-me pregunta poniéndose de pie.
-Nada, nada.-contesto con el mismo tono.
-¿Qué te pasa...?-vuelve a preguntarme.
-No he dormido bien, no me pasa nada, en serio.-contesto fingiendo una pequeña sonrisa. Él se va a cogerme el café mientras yo hablo con los demás.-¿Y qué tal vuestro fin de semana?
-Muy bien. Dani y yo nos fuimos a León y bastante bien, como siempre.-contesta Cris con una sonrisa. En ese momento llega Dani.-¿Y tú que tal?-se dirige a mí.
-Bueno... sí, bien, bien.-finjo una sonrisa de nuevo.
-En Mollet, ¿no?-ríe Meri.
-Sí.-respondo yo seria.-Todos se miran extrañados pero yo no digo nada y como nadie me pregunto me callo.
Desayunamos cada uno hablando de sus cosas. Nos vamos cada uno a nuestro camerino. Nada más llegar llaman a mi puerta.
-¿Quién es?-digo yo.
-Soy Dani, ¿puedo pasar?
-Sí, claro.-Nos sentamos y empezamos a hablar.-¿Qué quieres?
-Estás rarita, ¿qué te pasa?
-He tenido un mal fin de semana.-miro al suelo.
-¿Y por qué no nos lo has dicho?
-No tenía muchas ganas de hablar y ahora tampoco.
-Pero, a ver, ¿mal fin de semana? ¿en qué sentido?
-En el sentido de que lo mío con Miki va de mal en peor.-se me cae una pequeña lagrimita que Dani me limpia con el pulgar de su mano derecha.
-¿Mal de mal o una mala racha?
-Mal de mal.
-Que no, ya verás como no.
-Es que no sé qué hacer. Quedamos y como que estamos distantes, no es como antes.
-Ninguna relación es siempre igual. Hay altibajos que luego se solucionan y ya vuelves a la línea inicial. De todas formas ¿cuánto tiempo lleváis así?
-Meses, por eso tengo miedo.
-Pero, Anna, que lleváis saliendo años. ¿Meses van a poder con años?
-Creo que sí.
-¿Tú le sigues queriendo?-Nos miramos fijamente, dudo mucho la respuesta.
-No lo sé.
-¿Cómo que no lo sabes? ¡Eso se sabe!
-Creo que no.-Se hace el silencio en mi camerino. Ninguno de los dos esperábamos esa respuesta.
-Será mejor que te deje sola, luego nos vemos ¿vale?-se dirige a la puerta.
-Por favor, no le digas nada de esto a nadie.
-Claro, tranquila.
-Oye, Dani.
-Dime.-se acerca de nuevo.
-Que es que tengo que hablar contigo de otro tema ¿puedes ahora?
-Sí, claro.
-Es una cosa que no tiene nada que ver con esto pero que también me está afectando mucho.
-Cuéntame.
-Es que... ¿Yo te he hecho algo?
-¿Tú? ¡No! ¿Por qué me ibas a haber hecho algo?
-Desde que acabó Tonterías te noto distante, no quedamos, ¡ni siquiera hablamos! Si te digo la verdad me ha sorprendido que me preguntaras y también me he sorprendido a mí misma contándotelo, eres el único que lo sabe.
-Pero, eso no es así.
-¿No lo es?
-No...-responde dudoso.
-Pues yo lo siento así. Dime cuántas veces hemos quedado desde el último día de Tonterías aunque sea con el resto del equipo.
-Pocas, pero-en ese momento le interrumpo.
-¿Pocas? Ninguna, Daniel, ninguna.
-Vale, tienes razón, lo siento.
-Dani, no te enfades, por favor.
-No me he enfadado, solo he pensado y es verdad. A lo mejor me estoy distanciando de vosotros.
-Dani, yo esto te lo he dicho porque necesitaba saber si era culpa mía, lo que hagas o dejes de hacer es cosa tuya., pero, por favor, piénsalo porque, al menos yo, te echo de menos.-se va.
CONTINUARÁ...
-¿Qué quieres tomar?-me pregunta Dani.
-Café con leche, por favor.-le respondo con un tono de voz muy cansado.
-¿Qué te pasa?-me pregunta poniéndose de pie.
-Nada, nada.-contesto con el mismo tono.
-¿Qué te pasa...?-vuelve a preguntarme.
-No he dormido bien, no me pasa nada, en serio.-contesto fingiendo una pequeña sonrisa. Él se va a cogerme el café mientras yo hablo con los demás.-¿Y qué tal vuestro fin de semana?
-Muy bien. Dani y yo nos fuimos a León y bastante bien, como siempre.-contesta Cris con una sonrisa. En ese momento llega Dani.-¿Y tú que tal?-se dirige a mí.
-Bueno... sí, bien, bien.-finjo una sonrisa de nuevo.
-En Mollet, ¿no?-ríe Meri.
-Sí.-respondo yo seria.-Todos se miran extrañados pero yo no digo nada y como nadie me pregunto me callo.
Desayunamos cada uno hablando de sus cosas. Nos vamos cada uno a nuestro camerino. Nada más llegar llaman a mi puerta.
-¿Quién es?-digo yo.
-Soy Dani, ¿puedo pasar?
-Sí, claro.-Nos sentamos y empezamos a hablar.-¿Qué quieres?
-Estás rarita, ¿qué te pasa?
-He tenido un mal fin de semana.-miro al suelo.
-¿Y por qué no nos lo has dicho?
-No tenía muchas ganas de hablar y ahora tampoco.
-Pero, a ver, ¿mal fin de semana? ¿en qué sentido?
-En el sentido de que lo mío con Miki va de mal en peor.-se me cae una pequeña lagrimita que Dani me limpia con el pulgar de su mano derecha.
-¿Mal de mal o una mala racha?
-Mal de mal.
-Que no, ya verás como no.
-Es que no sé qué hacer. Quedamos y como que estamos distantes, no es como antes.
-Ninguna relación es siempre igual. Hay altibajos que luego se solucionan y ya vuelves a la línea inicial. De todas formas ¿cuánto tiempo lleváis así?
-Meses, por eso tengo miedo.
-Pero, Anna, que lleváis saliendo años. ¿Meses van a poder con años?
-Creo que sí.
-¿Tú le sigues queriendo?-Nos miramos fijamente, dudo mucho la respuesta.
-No lo sé.
-¿Cómo que no lo sabes? ¡Eso se sabe!
-Creo que no.-Se hace el silencio en mi camerino. Ninguno de los dos esperábamos esa respuesta.
-Será mejor que te deje sola, luego nos vemos ¿vale?-se dirige a la puerta.
-Por favor, no le digas nada de esto a nadie.
-Claro, tranquila.
-Oye, Dani.
-Dime.-se acerca de nuevo.
-Que es que tengo que hablar contigo de otro tema ¿puedes ahora?
-Sí, claro.
-Es una cosa que no tiene nada que ver con esto pero que también me está afectando mucho.
-Cuéntame.
-Es que... ¿Yo te he hecho algo?
-¿Tú? ¡No! ¿Por qué me ibas a haber hecho algo?
-Desde que acabó Tonterías te noto distante, no quedamos, ¡ni siquiera hablamos! Si te digo la verdad me ha sorprendido que me preguntaras y también me he sorprendido a mí misma contándotelo, eres el único que lo sabe.
-Pero, eso no es así.
-¿No lo es?
-No...-responde dudoso.
-Pues yo lo siento así. Dime cuántas veces hemos quedado desde el último día de Tonterías aunque sea con el resto del equipo.
-Pocas, pero-en ese momento le interrumpo.
-¿Pocas? Ninguna, Daniel, ninguna.
-Vale, tienes razón, lo siento.
-Dani, no te enfades, por favor.
-No me he enfadado, solo he pensado y es verdad. A lo mejor me estoy distanciando de vosotros.
-Dani, yo esto te lo he dicho porque necesitaba saber si era culpa mía, lo que hagas o dejes de hacer es cosa tuya., pero, por favor, piénsalo porque, al menos yo, te echo de menos.-se va.
CONTINUARÁ...
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)