Me tiro en el sofá para ver si me consigo dormir un rato, al menos así mi cabeza estará por unos minutos bloqueada para mí.
Me duermo sí, pero algo me despierta, el sonido del timbre. Abro la puerta, veo que es Dani. No me dice nada ni me hace nada. Entra corriendo a mi habitación mientras yo le sigo. Abre mi armario y empieza a sacar ropa y más ropa.
-¿Qué haces, Dani?-digo enfadada.
-Un momento.
-No, un momento no. Ya bastante tengo con todo. Ahora no quiero ponerme a hacer nada y vas tú y me los desordenas todo.
-Joder, Anna. Espera.
Continúa sacando ropa. Yo me voy a sentar al sofá. Él sabrá lo que hace.
A los 15 minutos llega y me pide que vaya con él. Me encuentro con todo recogido y un vestido, una chaqueta, unas medias, unas botas y una bufanda sobre la cama.
-¿Qué es esto?
-Es tu ropa, ¿no lo ves, tonta?
-Sí, sí lo veo. ¿Qué quieres que haga con ella?
-Que te la pongas.
-Para qué.
-Tú hazme casa y luego te cuento.
Se va al salón. Pone la tele. Anda que no se conoce la carretera ni nada... Mientras tanto yo me pongo lo que me ha puesto sobre la cama. El chico tiene buen gusto para conjuntar...
Cuando he terminado voy al salón. Me apoyo en el marco de la puerta. Él me mira, se pone detrás de mí, me agarra por la cadera y me lleva hasta el baño. Me planta delante del espejo, él se coloca detrás. Me quita la goma del pelo que tengo para sujetarme la coleta, me lo moldea un poco y me lo coloca. Hace que me dé media vuelta y ahora sí, me da un abrazo. Me coge de la mano y me baja hasta la calle.
-Dani, no entiendo nada. ¿Por qué haces esto?
-Cuando pasan cosas así es bueno hablar en un lugar abierto y no en tu casa. Allí tienes demasiados recuerdos.
-¿Y hacía falta ponerme así?
-Es que me parece que estás preciosa con ese vestido.
-Dani...
-¿Qué? ¡Es verdad!
-Lo que tu digas... ¿y ahora qué?
-¿Cómo que ahora qué? Ahora vamos donde tú quieras y me cuentas.
-¡Vamos al sofá de casa!
-Veeeeeeenga, vamos, pero al de mí casa.
-Dani, no sé cómo lo haces pero siempre consigues todo lo que quieres.
-Lo que quiero de verdad sí.-me sonríe.
Subimos en el ascensor. No hablamos demasiado. Él sí que me hace preguntas y bobadas pero lo mío en este momento es responder cosas cortas y mirar al frente.
Llegamos a su casa, paso al salón y me siento en el sofá. Él se sienta a mi lado, me abraza y me empieza a sugerir que hable, que le cuente todo lo que yo quiera porque dice que me va a escuchar y va a estar conmigo.
Empiezo ha hablar, a medida que pasa el tiempo mis ojos se van poniendo llorosos y mi voz cada vez más aguda.
Termino de contarle mis movidas, él me ha escuchado y me ha dado consejos.
-Oye, estás guapísima ¿por qué no lo aprovechamos?-me dice él poniéndose de pie.
-¿Aprovechamos? ¿cómo? miedo me das.
-Mira, después de cada ruptura hay unas fases: La primera es la de hundirse y sentirse solo, esa ya la has pasado. La segunda es la de contárselo a alguien, esa también. La tercera es la de salir y olvidarse de todo.
-Según lo dices parece que eso dura días y días.
-Y dura, pero son las fases más duras y cuanto antes las pases mejor. Así que, venga, arreando que es gerundio. Que yo te vea.
Salimos de su piso. No sé por qué pero me siento incómoda, él es demasiado cariñoso, se está acercando demasiado a mí y eso... eso es imposible. Siempre que lo intenta yo me alejo de él, paso de movidas
-¿Tú también tienes esas fases?
-No. Yo cuando rompo con alguien salgo a correr, estoy mal un día y vuelvo a la normalidad.
-¿Eso no es que esa persona te importa demasiado poco?
-No, eso es que quiero pasar página cuanto antes. De nada sirve encerrarse en el pasado, de nada.
-Pero ¿no te comes la cabeza a pensar qué ha pasado? Debes de ser la única persona.
-Puede ser pero es que es una bobada. Hasta hace unos años yo lo hacía y mucho además, no te imaginas cuanto pero vi que no valía la pena. Que todo eran chorradas sin sentido. Que si había sido así, sería por algo.
-¿Eso es lo que piensas? ¿qué si es así es por algo?
-Sí. Todo tiene que tener un por qué pero a veces con saber que está ahí, aunque no sepas lo que significa te vale.
-No conocía esta faceta tuya... Eres un romanticón.
-Qué mal me conoces...-en ese momento yo me río por el tono en el que lo ha dicho, ha sido gracioso...
-Oye, Dani, me voy a ir ya para casa estoy cansada y necesito dormir un rato. Nos vemos mañana. ¡Ah! y dile a Cris que se lo pase muy bien en Londres y si se enfada porque no has pasado la tarde con ella dile que ha sido mi culpa que es la verdad, ¿vale?
-Yo se lo diré. Y respecto a la culpa... de vez en cuando necesitamos a los amigos...-me hace una caricia en la mejilla izquierda, me hace una pequeña sonrisa a la que yo contesto con la misma y nos despedimos.
En el camino a casa empiezo a pensar en su última frase "De vez en cuando necesitamos a los amigos" ¿Y eso? quiero decir, hace unos meses él no habría soltado eso ni por asomo. Sé que Cris le tenía atado y que estas últimas semanas ha estado más cercano pero empiezo a temer que las cosas no les van bien, les conozco. Pero bueno, eso ahora no es lo que importa, lo que importa es que mañana será otro día, un gran día espero yo.
CONTINUARÁ...
capitulazo *-* me ha encantado :3 Este comentario va a ser mas corto que el otro, bueno te digo lo de siempre que siguiente! <3
ResponderEliminarCapituloon!!!
ResponderEliminar