martes, 23 de octubre de 2012

Capítulo 6: Algo para recompensarte.

-Coménteme usted, pues.
-¿El miércoles haces algo?
-No, creo que no. No tengo planes, ¿por?
-Pues ya tienes.
-¿Por arte de magia, no?-río.
-Sí. Te vienes a mi casa a cenar.
-Vale, vale, allí estaré.-sigo riendo. Me hace gracia su tono de voz...
-Que me tienes que contar muchas cosas, Annita.
-Muchas, muchas.
-Te dejo, que tengo que hacer cosas.
-Venga, guapa, hasta luego.-le digo con un tono simpático.
Por fin llego a casa. Me doy una ducha de agua caliente. Cómo la necesitaba, en la calle no puede hacer más frío. Me pongo el pijama y empiezo a hacer la cena. Sí, la cena. Es muy tarde porque Dani me entretuvo en su camerino hablando de sus movidas:
-...Y me ha dicho que sí, que se viene. Creo que vamos a ir Portugal o a algún sitio de estos donde no nos puedan conocer para estar tranquilos.
-Eso está bien.
-Me dijo que había estado hablando contigo.
-Sí, me llamo para pedirme consejo.
-¿Y qué te dijo?
-Me dijo que no sabía si ir porque estabais mal.
-¿Y tú, qué le dijiste?
-Que fuera y así podíais ver como está la cosa sin que haya personas que os presionen.
(...)
Y después de hablar con él, Flo también me entretuvo un buen rato:
-...¿Sabes lo que le pasa a estos dos?
-¿A qué dos?
-A Dani y a Cris.
-Pasarán una mala racha...-digo como si no supiera nada.
(...)
Y así un buen rato... Odio estar de intermediaria o algo así. Sé que tengo que ayudarles, o a lo mejor no, pero lo quiero hacer, pero de eso a esto... En fin, ya ha terminado el día. Será mejor que me vaya a la cama y descanse un poco, aguantar estas semanas siguientes no va a ser fácil.
Suena el despertador. ¿En serio? ¡Es sábado! Me lo he vuelto a dejar encendido, esto no puede estar pasando. Me levanto ya que sé que no me voy a conseguir dormir. Hoy no haré nada. Me quedo todo el día en casa limpiando y por la noche veo una peli.
El domingo tampoco hago nada en especial. ¡Los domingos son para eso! el Lunes ya volveré a tener trabajo y problemas...
Llega el lunes, llego a plató y Dani me vuelve a llamar a a su camerino para hablar del mismo tema.
-...Dani, yo quiero ayudarte pero...
-¿Pero?
-Es que me tenéis como de intermediaria, estoy un poquitín harta...
-Lo siento...-agacha la cabeza.
-No pasa nada. Lo que más me jode es que os escondéis detrás mío. ¿Por qué no habláis vosotros dos como pareja que sois?
-Ninguno de los dos somos mucho de hablar...-ríe como si no pasar nada.-pero que, que si estás mal que lo siento en serio. ¿Qué puedo hacer para recompensarte?
-¡Nada! ¿Estás tonto? No tienes que hacer nada.
-Ya pensaré algo...
-Dani, no.
-Sep.
-Lo que tú digas...
Termina el programa. Y mientras recojo mis cosas recibo su whatsapp.
-Abre la puerta de tu camerino y mira a la izquierda"
Y así hago. Le contesto.
-¿Y ahora? ¿seguimos hablando así?
-Sí. Ya sabes que no soy mucho de hablar estas cosas en persona.
-Dime.
-Sabes que estamos a principios de Diciembre... y que han abierto la pista de patinaje...
-Dani, ¡que yo no sé patinar!-esto ya se lo digo en persona.
-No, si yo tampoco...
-¿Entonces?
-Será divertido.
-¿Y las morradas que nos vamos a meter?
-¿Qué? ¡Eso es lo divertido!
Yo no me convenzo mucho...
-¿Entonces qué? ¿te vienes?
-No est.
-Sí, te vienes.-me interrumpe.
-Venga, a las 7 en mi casa.
-Allí estaré.

CONTINUARÁ...

domingo, 21 de octubre de 2012

Capítulo 5: Están locos.

Comienza el nuevo día. El primer día de una nueva etapa. Es raro pero me siento mejor, más libre, sin ataduras. Me levanto de la cama con ganas. Levanto la persiana y veo el Sol radiante que ilumina toda la habitación. Esto sí es un buen despertar. Pongo la radio, los 40 Principales, es la primera emisora que sale. Están poniendo Pereza, ¿esto puede ir mejor? puede que sí, pero a mí me vale con esto. Me hago mis tostadas de mantequilla con mermelada de fresa. Cuando termino de hacer mis movidas voy a plató. Veo que están las chicas juntas.
-¡Buenos días!-digo yo con una amplia sonrisa.
-Hombre, Annita. ¿Quién te ha hecho y qué te ha hecho para que estés tú así a esta hora de la mañana?
-No lo sé...-miro a Daniel que está con David y casi sin darme cuenta sonrío.
-Uy, ¿a quién sonríes tanto? Me da a mí que Miki se va a poner celoso.-dice Moni. A lo que todas responden riéndose.
-Ayer lo dejamos...
-¿Qué? ¿De verdad? Lo siento mucho...-todas se ponen muy serias.
-No pasa nada... Una persona me ha enseñado a seguir para delante, a no estancarse en una página de la historia.-digo yo sin dejar de sonreír.
-Entonces genial. Para lo que necesites ya sabes, ¿eh?
-Claro. ¿Sabéis algo de Cris? ¿Ha llegado ya?
-No sé, pregúntaselo a su novio...-ríen todas de nuevo.
-Bueno, chicas, luego hablamos.
Me voy a buscar a Dani, seguramente esté en su camerino leyendo el guión, él siempre lo hace o al menos lo hacía.
Llamo a la puerta, nadie contesta. Estoy a punto de irme pero alguien pone su mano en mi hombro. Me giro de golpe.
-¡Joder, Dani!
-¿Qué pasa? ¿te he asustado?-se ríe.
-Sí, sí, me has asustado.
-Anda... ¿Me buscabas?
-Sí.
-Bueno, pues pasa y hablamos.
Pasamos a su camerino. Nos sentamos como nos sentábamos siempre antes, en Tonterías. Sí, en Tonterías quedábamos todas las mañanas unos minutos para hablar de nuestras cosas. Él se sentaba en un puf rojo y yo en el sofá.
-¿Qué querías?
-Preguntarte por Cris. ¿Ha llegado ya?
-Se supone que sí, no quedamos en llamarnos.
-Yo no me quiero meter en vuestras vidas pero... ¿estáis bien?
Calla y aparta la mirada de mis ojos.
-No, no respondas. Lo siento.-me levanto pero él para mis pasos.
-No.
-¿Que no qué?
-Que...-fija su mirada en la mía.-que no estamos bien.
-Dani, yo sé que no te gusta que nos entrometamos en tu vida así que mejor que me vaya.
-Necesito hablarlo con alguien. Por favor...
Esa cara, su cara, de verdad da pena. Se nota que no está bien.
-Dime.
-Estoy cansado.
-¿De qué?
-De ella.
-Daniel, piensa lo que estás diciendo. ¿cansada de una persona de la que has estado enamorado?
-A lo mejor nunca estuve enamorado de ella.
-¿Y entonces? has hecho de todo por ella y ¿no estás enamorado? ¡entonces estás loco!
-Lo último puede ser.-ríe.-Pero no, en serio. Estar enamorado es algo muy fuerte, algo que no se siente así por así y creo que por ella no lo he sentido, al menos ahora no.
-Dani, te repito que lo pienses bien.
-No, no hay nada que pensar, es que... es que es como lo tuyo.
-¿Cómo lo mío?
-Sí. Llevabais mucho tiempo, os queríais muchísimo y de un día para otro... PLUF.
-¿PLUF?-Me empiezo a reír a carcajada limpia, no puedo parar. Sé que lo que me está contando es importante pero no puedo parar.-Lo siento, sigue.
-¿Y esa risa?-se ríe él también
-Es que hoy me he levantado de buen humor y todo me hace gracia.
-Eso está bien.-me sonríe.
¿Qué me estabas contando?-intento retomar la conversación.
-Lo de Cris.
-Ah, sí. ¿Por qué no hacéis algo juntos? Un viaje, una cena, un fin de semana juntos...
-Ella no quiere. Si ya se lo he dicho pero nada.
-¿Puedo hacer algo por ti?
-No, no, nada. Lo que tenías que hacer ya lo has hecho.
-¿Nos vemos luego?
-Sí, si sé algo te cuento.
-Adiós.
Le hago una pequeña caricia en la mamola antes de salir de allí. Su cara me indica que se ha quedado algo tocado después de lo que hemos hablado. A veces pensar es lo peor que se puede hacer...

Pasan los días, uno tras otro y las cosas no cambian. Un día saliendo de mi camerino oigo una voz que me llama.
-¡Anna!-grita Cris.
-Dime.
-¿Puedo hablar contigo?
-Sí, claro, ¿qué quieres?
-En privado.
-¿A mi camerino?
-Sí.
Vamos a mi camerino.
-Cuéntame.
-He hablado con Dani. Me ha propuesto ir de fin de semana con él a algún sitio fuera de España. ¿Qué hago?
-¿Que qué haces? ¡Pues irte con él!
-Es que no lo veo claro.
-¿Por?
-Estamos muy mal. Yo con él y él conmigo.
-Es el momento de arreglar las cosas. Te lo ha puesto en bandeja, chica.
-No las quiero arreglar.
-¿Qué?
-Que no quiero.
-Estáis los dos locos. Habéis estado locos el uno por el otro y ahora esto. No puede ser. Os vais de fin de semana donde él diga o bueno, donde los dos queráis y veis lo que hay. Después habláis y decidís.
-Gracias, Annita.-me da un beso en la mejilla.
-Y hazme caso, en serio.
-Oye, ya me dijeron lo de Miki. Lo siento mucho...
-No lo sintáis, si no pasa nada.
-Bueno, luego te cuento.-sale.

Por la tarde, cuando vuelvo para casa recibo una llamada.
-¿Sí?-contesto intrigada al ver que es un número oculto.
-¡Annita!-es su acento argentino.
-¡Romi!
-Tengo que comentarte unas cosillas.

CONTINUARÁ...





viernes, 12 de octubre de 2012

Capítulo 4: Necesitamos a los amigos.

Me tiro en el sofá para ver si me consigo dormir un rato, al menos así mi cabeza estará por unos minutos bloqueada para mí.
Me duermo sí, pero algo me despierta, el sonido del timbre. Abro la puerta, veo que es Dani. No me dice nada ni me hace nada. Entra corriendo a mi habitación mientras yo le sigo. Abre mi armario y empieza a sacar ropa y más ropa.
-¿Qué haces, Dani?-digo enfadada.
-Un momento.
-No, un momento no. Ya bastante tengo con todo. Ahora no quiero ponerme a hacer nada y vas tú y me los desordenas todo.
-Joder, Anna. Espera.
Continúa sacando ropa. Yo me voy a sentar al sofá. Él sabrá lo que hace.
A los 15 minutos llega y me pide que vaya con él. Me encuentro con todo recogido y un vestido, una chaqueta, unas medias, unas botas y una bufanda sobre la cama.
-¿Qué es esto?
-Es tu ropa, ¿no lo ves, tonta?
-Sí, sí lo veo. ¿Qué quieres que haga con ella?
-Que te la pongas.
-Para qué.
-Tú hazme casa y luego te cuento.
Se va al salón. Pone la tele. Anda que no se conoce la carretera ni nada... Mientras tanto yo me pongo lo que me ha puesto sobre la cama. El chico tiene buen gusto para conjuntar...
Cuando he terminado voy al salón. Me apoyo en el marco de la puerta. Él me mira, se pone detrás de mí, me agarra por la cadera y me lleva hasta el baño. Me planta delante del espejo, él se coloca detrás. Me quita la goma del pelo que tengo para sujetarme la coleta, me lo moldea un poco y me lo coloca. Hace que me dé media vuelta y ahora sí, me da un abrazo. Me coge de la mano y me baja hasta la calle.
-Dani, no entiendo nada. ¿Por qué haces esto?
-Cuando pasan cosas así es bueno hablar en un lugar abierto y no en tu casa. Allí tienes demasiados recuerdos.
-¿Y hacía falta ponerme así?
-Es que me parece que estás preciosa con ese vestido.
-Dani...
-¿Qué? ¡Es verdad!
-Lo que tu digas... ¿y ahora qué?
-¿Cómo que ahora qué? Ahora vamos donde tú quieras y me cuentas.
-¡Vamos al sofá de casa!
-Veeeeeeenga, vamos, pero al de mí casa.
-Dani, no sé cómo lo haces pero siempre consigues todo lo que quieres.
-Lo que quiero de verdad sí.-me sonríe.
Subimos en el ascensor. No hablamos demasiado. Él sí que me hace preguntas y bobadas pero lo mío en este momento es responder cosas cortas y mirar al frente.
Llegamos a su casa, paso al salón y me siento en el sofá. Él se sienta a mi lado, me abraza y me empieza a sugerir que hable, que le cuente todo lo que yo quiera porque dice que me va a escuchar y va a estar conmigo.
Empiezo ha hablar, a medida que pasa el tiempo mis ojos se van poniendo llorosos y mi voz cada vez más aguda.
Termino de contarle mis movidas, él me ha escuchado y me ha dado consejos.
-Oye, estás guapísima ¿por qué no lo aprovechamos?-me dice él poniéndose de pie.
-¿Aprovechamos? ¿cómo? miedo me das.
-Mira, después de cada ruptura hay unas fases: La primera es la de hundirse y sentirse solo, esa ya la has pasado. La segunda es la de contárselo a alguien, esa también. La tercera es la de salir y olvidarse de todo.
-Según lo dices parece que eso dura días y días.
-Y dura, pero son las fases más duras y cuanto antes las pases mejor. Así que, venga, arreando que es gerundio. Que yo te vea.
Salimos de su piso. No sé por qué pero me siento incómoda, él es demasiado cariñoso, se está acercando demasiado a mí y eso... eso es imposible. Siempre que lo intenta yo me alejo de él, paso de movidas
-¿Tú también tienes esas fases?
-No. Yo cuando rompo con alguien salgo a correr, estoy mal un día y vuelvo a la normalidad.
-¿Eso no es que esa persona te importa demasiado poco?
-No, eso es que quiero pasar página cuanto antes. De nada sirve encerrarse en el pasado, de nada.
-Pero ¿no te comes la cabeza a pensar qué ha pasado? Debes de ser la única persona.
-Puede ser pero es que es una bobada. Hasta hace unos años yo lo hacía y mucho además, no te imaginas cuanto pero vi que no valía la pena. Que todo eran chorradas sin sentido. Que si había sido así, sería por algo.
-¿Eso es lo que piensas? ¿qué si es así es por algo?
-Sí. Todo tiene que tener un por qué pero a veces con saber que está ahí, aunque no sepas lo que significa te vale.
-No conocía esta faceta tuya... Eres un romanticón.
-Qué mal me conoces...-en ese momento yo me río por el tono en el que lo ha dicho, ha sido gracioso...
-Oye, Dani, me voy a ir ya para casa estoy cansada y necesito dormir un rato. Nos vemos mañana. ¡Ah! y dile a Cris que se lo pase muy bien en Londres y si se enfada porque no has pasado la tarde con ella dile que ha sido mi culpa que es la verdad, ¿vale?
-Yo se lo diré. Y respecto a la culpa... de vez en cuando necesitamos a los amigos...-me hace una caricia en la mejilla izquierda, me hace una pequeña sonrisa a la que yo contesto con la misma y nos despedimos.
En el camino a casa empiezo a pensar en su última frase "De vez en cuando necesitamos a los amigos" ¿Y eso? quiero decir, hace unos meses él no habría soltado eso ni por asomo. Sé que Cris le tenía atado y que estas últimas semanas ha estado más cercano pero empiezo a temer que las cosas no les van bien, les conozco. Pero bueno, eso ahora no es lo que importa, lo que importa es que mañana será otro día, un gran día espero yo.

CONTINUARÁ...