martes, 8 de enero de 2013

Capítulo 14: Pequeño secreto.

Son tan solo las 9 de la mañana cuando me despierto. Me levanto de la cama, busco en el baño pero no encuentro a Dani. Encuentro un pequeño papel sobre la mesa que pone: "Estoy en la cafetería de abajo, cuando termines bajas." así hago. Después de ducharme, vestirme y peinarme recojo un poco la habitación, pongo el cartel de "no molestar" y bajo hasta la cafetería. Está en la mesa más alejada de todos, en el piso de arriba.
-Buenos días.-me dice nada más llegar con una amplia sonrisa.-¿Qué tal has dormido, guapetona?
Sonrío al escuchar sus palabras. 
-Me costó dormirme pero bien... ¿Y tú?-le hago una caricia en la cara.-Tienes unas ojericas...
-El café ayuda un poco...-se ríe.-No he dormido nada, en serio.-se frotas la cara con las manos.-¿Qué quieres desayunar?
-Café. Que sea bien cargado.
Unos minutos después me traen el café. Hablamos de lo que haremos hoy. La cosa es llegar a Madrid como a las 7 de la tarde y luego... luego dice que me tiene una sorpresa preparada pero yo ya intuyo lo que es...
Después de pasar unas risas mientras desayunamos nos vamos a dar un paseo. 
-¿Y cómo es que no me has despertado cuando te despertaste tú?
-Estabas durmiendo y me daba penita levantarte... 
-Pues te como.
Le doy un beso en la mejilla. Nos miramos a los ojos y después de unos segundos al empezar a sentir una especia de vergüenza cambio la mirada.
-¡Uy! ¿Te has puesto nerviosa?-se ríe mientras con su dedo índice me acaricia la cara.
-¡No!
-Ya, ya...
Pasamos el día en Gijón pero llega la hora de irse. Nos subimos al tren. Al principio hablamos y esas cosas pero a la que él se acomoda en mi hombro se queda dormido. Normal, el pobre tenía una carica de cansado... Yo tampoco he dormido muy bien, no paraba de pensar y montarme películas pero no me quedo dormida al estar demasiado ocupada en observar al milímetro cada uno de sus movimientos.
Cuando por fin el tren para, le despierto.
-¿Ya hemos llegado?
-Sí. ¿Qué tal la siesta?
-Larga pero me hacía falta...
Salimos de la estación y nos metemos en el coche.
-Estoy dormidísimo. ¿Tú no te has dormido?
-No, no tenía muchas ganas.
-Te habrás aburrido.
-No mucho. El señor de atrás llevaba una gran e interesante conversación con su mujer.
-A mí me contarás. A esos me los conozco yo... Como si los hubiera parido.
-Sí, me parece a mí que sí...-se nota mi tono irónico.-¿Y ahora qué?
-Ahora te dejo en casa, haces lo que tengas que hacer y cuando estés lista me pegas un toque que te paso a buscar.
-¿Pero dónde me vas a llevar?
-A un lugar que los dos nos conocemos muy bien. Es que te voy a decir una cosa, pero tendrás que esperar al final de la noche.
Llegamos a mi casa. Llevo todo el rato intentando adivinar a donde vamos y ya tengo una idea. Creo que mejor me abrigaré.
-Bueno, en un rato te llamo, ¿vale?
Nos despedimos y subo a casa. Me pego una ducha y me lavo y me seco el pelo. Hace mucho frío así que pantalones pitillos con una camiseta básica, una chaqueta de lana, unos botines y el gorro y la bufanda que no falten.
Ya ha pasado media hora así que cojo el teléfono y le llamo. Me dice que ya está viniendo y que viene andando pero que no tardará.
Y exactamente no lo hace. A los 10 minutos está a la puerta del portal. Cojo la trenca y paso de coger el bolso, sé que me estorbará.
-¿Me vas a decir ya dónde vamos?
-En cuanto nos pongamos a andar lo vas a saber.
-Te gusta hacerme sufrir.
-Nada más lejos de la realidad.
Veo cómo va vestido. Su abrigo de paño negro con su gorro de lana del mismo color. Cada vez la idea que tengo va siendo más real.
Llegamos al centro, sabía que me iba a llevar allí lo que no tengo tan claro es lo que me quiere decir.
Patines puestos y a la pista.
-Ahora ya sé que sí que te gusta hacerme sufrir.
-Pero si ya lo hacemos genial los dos. A competiciones el año que viene.
-Sí, me parece que sí.
Caída tras caída, risa tras risa, abrazo tras abrazo se va pasando el tiempo. Esto es lo mejor de todo el fin de semana. Ha habido muchos momentos: buenos, malos, extraños, incómodos, graciosos... pero éste sin duda es el mejor. Siempre que vengo aquí con él me lo paso genial. Quisiera que nunca se acabaran estos minutos, que no pasara el invierno y que esta pista permaneciera aquí siempre. Es como el lugar donde me siento realmente feliz, si está él claro, porque lo que es patinar... no se me da muy bien.
Cuando salimos de allí, como siempre, mi culo está empapado y la temperatura ha bajado a pasos agigantados. Me invita a ir a un bar a tomar algo caliente.
-Un café con leche, ¿verdad?
-Como siempre.
-El que sabe sabe, chica.
Él elige lo mismo.
-¿Tienes mucho frío, Anna?-me coge de la mano.
-Un poquito, pero un buen café calentito puede hacer maravillas.
-Es que le has cogido cariño al suelo o algo, yo creo.
-Yo creo que sí, porque si no esto no es normal...¿Y tú? ¿tú que no te has caído ni una vez?
-Aaaaaaah, maja, es que yo aprendo de mis caídas.
Pone una de esas caras que tanta gracia me hacen.
-Es que eres tonto.
-El que nace tonto, es tonto. Es como tú. La que nace perfecta, es perfecta.
Mis mejillas cogen algo de color y calor y mis piernas empiezan a temblar.
-¿Esto también es guión?
-¿Tú lo has visto por alguna parte en todo el fin de semana? Lo dejé en la mesa y se me olvidó todo.
-¡Dani!
Pronuncio su nombre con una sonrisa tonta en la cara y con los nervios puesto en el cuerpo. Los dos nos estamos lanzando demasiado este fin de semana. Ninguno de los dos tenemos nada que perder, posiblemente sea por eso.
Terminamos los cafés y cuando salimos del bar vamos dando un paseo hasta mi casa.
-¿Qué tal el fin de semana?
-Bien, muy cansado pero cuando hay buena compañía una siempre se lo pasa bien.
Otra vez que me he soltado.
-¿y tú?
-Cuando me he dormido en el tren ha molado.
-Cuando he dejado de darte la varita, ¿no?
-¡Qué dices! Lo que no entiendo es como me has aguantado 3 días seguidos.
-Ya ves, una que se acostumbra a todo.
-Me quieres, se nota.
-Pues claro que te quiero, cómo no te voy a querer.
Llegamos a mi casa ya hablando de otros temas. Hasta el momento no me había acordado pero recuerdo las palabras del coche. "Al acabar la noche..." y la noche para nosotros y ha acabado.
-Daaaaaaaaaani.
-Diiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiime.
-Me tenías que decir una cosita...
-Am ¡es verdad! el pequeño secreto...
-¿Me lo dices ya o esperas a que me quede sin uñas o algo?
Se pone detrás de mí. Me retira el pelo que me tapaba parte de la cara y pronuncia entre susurros.
-Desde el primer día ya sabía patinar.
Me da un golpecito en el culo y sale corriendo a lo que yo salgo detrás pero al ver que es inalcanzable, que ya se va a su casa paro y me paro a pensar bajo la luz de la única farola que alumbra la calle. ¿Se supone que si ha estado fingiendo que no sabía todo este tiempo, era solo para pasar tiempo conmigo? Vuelvo a casa con una gran sonrisa en la cara. Como desde el principio supe, este ha sido uno de los mejores fines de semana de mi vida.

CONTINUARÁ...

3 comentarios:

  1. Oooh que cuqui todo:'3 Perfecto como sienpre, siguiente ya!

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  2. pero bueno! Y yo que me creía que le iva a decir otra cosa! Ya me hago ilusiones Jajajajaja. Me ha encantado el capítulo, muy cuqui todo :3 siguiente cielo! <3

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  3. Que bonito capítulo y precioso fin de semana. Siguiente ya!

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