-Pequeñaja, ya hemos llegado.-me susurra al oído mientras se quita el cinturón.
Hemos llegado a un lugar apartado de todo. No hay absolutamente nada, ni nadie, ni medio sonido. Me resulta inquietante. Mis piernas no cesan en su movimiento. Me rodea con sus brazos por la cintura y me llega hasta el lugar más verde de esa apartada ladera. En sus manos sostiene una especie de manta de campo que extiende en el suelo antes de dejar espacio para sentarme.
-Quédate aquí, ahora vengo.
Espero mientras observo el lugar. Busco algo que se mueva, algo que me dé alguna pista para saber donde estamos.
-¡Daniiiiiiiiiiiiiiii!
-¿Queeeeeeeeeeé?-grita él con su cabeza escondida en el maletero del coche.
-¿Tardas muchooooooooooooooooo?
-Cierra la puerta y viene corriendo hacia mí.-No, ya estoy.
-¿Dónde estamos?-pregunto con una sonrisilla nerviosa.
-Donde tú quieras estar.
-¿Eres tonto?
-Un poco, pero es verdad. No hay absolutamente nada. Tan solo estamos tú y yo y algún monstruo de esos gigantescos que te dan tanto miedo llamado por todos los habitantes de este mundo, "mosca"
-¡Imbécil!.-le doy una pequeña colleja, acto seguido le doy un tierno beso en la mejilla.-¿Me protegerás de esos terribles monstruos?.-arranco un par de hierbas y juego con ellas.
-Posiblemente me ganen la batalla, pero te protegeré.-nos miramos y sonreímos.
-¿Y por qué me traes aquí?
-Porque estamos tranquilos y es un lugar bonito, no digas que no. Además tengo ahí comida y cosas muy bonicas para pasar la tarde.
Sonrío hacia sus palabras, me acomodo en su hombro. Mientras él me mira, servidora fija su mirada en el frente.-Dani, este fin de semana sabes que me voy y que me quedo toda la semana en Mollet...
-No me acordaba... pasaremos la tarde del viernes juntos, ¿sí?
-¿Peli y manta?
-Y palomitas que no falten.
Le doy un beso en la mejilla, escondo la mirada en su cuello.
-¿Estás preocupada?.-me pregunta él entre besos que van a parar a mi cabeza.
-Un poco... ¿Me acompañarás al aeropuerto?
-Claro que sí.-Me acerca un poco más a él por la cadera, noto como su mano baja.-Estamos solos...-Sigue bajando hasta llegar a mi muslo. Levanto la cabeza y abro los ojos. Nuestros labios se acercan, nuestros párpados que se cierran al contacto con los labios de el otro, lenguas que se entrelazan, instantes que se hacen eternos, otros que parecen milésimas de segundos. Le tiro con delicadeza quedándome yo encima de él. Me levanta el vestido. El Sol ya ha caído. Nos sonreímos y aceptamos tan solo con la mirada. Su respiración en mi cuello que a los segundos se convierte en pequeños besos, en pequeños suspiros por mi parte...
-¿Seguro?
-Seguro.-afirmo con toda seguridad.
Otra vez más sus labios entran en contacto con los míos, al terminar el beso me muerde el labio y a partir de ahí comienza todo. Comienza el no querer que eso acabe nunca, comienzan las ganas de más, comienzan los momentos de seguridad absoluta, de felicidad absoluta...
Sus dedos desatan rápidamente los botones del escote de mi vestido hasta dejarlo caer por la altura de mis hombros. Le levanto la camiseta rápidamente. Vuelve a los besos en el cuello cada vez más acentuados, eso hace que yo no me resista a soltar un pequeño gemido. Sonríe orgulloso y continúa cada vez bajando más y más.
-Buenos días, pequeñaja.-Con esas palabras me despierta él a la que juega con las ondulaciones de mi pelo.
-Buenos días.-le acaricio la mejilla izquierda.-¿Qué hora es?
-Las diez y media.
-¿¡Qué!? ¡Es tarde Dani!
-Tonta, que solo son las nueve.
-Jobar.
-Es que eres más tonta... ¿desayunamos?
-No me quiero levantar... Ven aquí conmigo.
-Anna, que no es tarde pero como sigamos así si que lo va a ser.
-Solo cinco minutos de nada.
-Cinco minutos que te conozco.-Se abraza a mí.-¿Qué tal anoche?
-Bien, muy bien.-mi risilla nerviosa que no falte.-¿Y tú?
Saca a relucir su sonrisa torcida, ¡cómo me conozco esa sonrisa! habla por sí sola. Le doy la espalda mientras intento volver a dormir. Mientras tanto él sigue insistiendo en jugar con mi pelo.
-No te duermas, eh.
-Es que ayer me has quedado agotada, chico.
-Ya, ya... Lo que a ti te pasa es que estás enamorada de la cama y de su excelente almohada.
-Nah, en realidad es de sus suaves sábanas.
-Llevamos diez minutos, no querrás volver a llegar tarde al trabajo...
Vale, en eso lleva razón. Por mucho que quiera quedarme en la cama con él hay que ir a trabajar. Penúltimo día de la semana. Habrá que disfrutarlo antes de dejar paso a Cris.
CONTINUARÁ...
Perfectisisimo como siempre. Cada capítulo es mejor que el siguiente:3
ResponderEliminarEl siguiente prontito porfa plis:))
buah que capítulo! Me ha encantado (: siguiente señorita Inés <3
ResponderEliminarCerdiiiiii, seguiste mis consejoos, te ha quedado genial, muy bien narrado y explicado a la perfección, me ha encantado, como siempre :3
ResponderEliminarLO PROXIMO MÁS Y MEJOR!
me ha gustado la historia guapiiii <3 siguiente
ResponderEliminarDios menudo capitulón lleno de amor!! GANAZAS DEL SIGUIENTE!!
ResponderEliminarOJALA PASASE ESTO EN LA VIDA REAL..